Opinion

Presión

La grandeza de los hombres se descubre en la derrota. El éxito enloquece, nubla la visión de nuestros pasos, pero se transforma en un gusano adictivo en nuestras entrañas. El éxito te permite hacer el ridículo, disimula defectos, convierte en moda nuestros tics y añade un toque de glamour a nuestros actos, por más absurdos que sean. El éxito vuelve hermoso al más gañán y siembra sonrisas a su paso como pétalos de flores sobre un príncipe.

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La derrota sólo pueden superarla los más grandes, ya que nos deja desnudos de prebendas, opacos y sin permiso para las debilidades. Por eso me preocupa la salud mental de Correa. El pobre, sometido a la injusta presión de la Justicia, encarcelado y vigilado por temor a que tanta presión lo lleve al suicidio, padece la soledad más absoluta como un manto de invisibilidad sobre sus antiguos poderes. Incluso la esposa, que paseaba palmito en la boda principesca de Ana Aznar, declina cualquier apoyo alegando un divorcio en trámites. Negado el consuelo de una cita vis a vis para paliar la frialdad de su mazmorra. Aislado, él, que vivió en olor de gratitud.

No dejo de preguntarme qué había bajo el perfecto traje de galán maduro para haberse evaporado en tan breve tiempo. Qué de aquella prepotencia que atronaba las líneas telefónicas y colocaba sobre los nombres apelativos como rata o gafitas; ésos que antes le reían la rudeza un tanto rufianesca y ahora reniegan del indigno maestro.. Huyen de su sombra quienes fueron beneficiarios de sus artes para multiplicar la pasta, el fondo de armario, los lujos y brillos. Cómo serán sus pesadillas de león en celda, conociendo el deseo general de sus antiguos ahijados por saberlo muerto y silenciado, tal vez, incluso, rezando con el fin de que el acusado deje de señalarlos con el alargado dedo de su sombra para sentarlos en el duro banquillo de la venganza. Porque, eso sí, todo esto de andar revolviendo la mierdecilla de sus corruptelas es un simple acto de venganza orquestado por quienes no vieron en Correa al ángel salvador de su presente y garante de su dorado futuro.