DESALOJADOS. Los Simpsons se ven obligados a abandonar su casa en el último capítulo de la serie. / LA VOZ
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Los Simpsons, desahuciados

La familia más famosa de la televisión no se salva de la crisis hipotecaria y pierde su casa por impago en el último capítulo

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Los Simpsons, la familia amarilla más famosa de la televisión, no se ha salvado tampoco de la crisis hipotecaria que vive últimamente su país. En el último capítulo de la serie emitido en Estados Unidos, Homer, Marge, Bart, Lisa y Maggie pierden su casa por impago.

Se trata de una parodia de Matt Groening -el creador de la serie- de la crisis de las hipotecas basura o subprime y del drama que viven actualmente miles de familias en este país.

En el episodio, emitido el pasado domingo por la cadena Fox, los Simpsons reciben una carta comunicándoles la revisión de su hipoteca a tipo variable un día después de haber celebrado una gigantesca fiesta de carnaval, que habían financiado con el segundo crédito sobre su casa.

Esto se debe a que en Estados Unidos es posible obtener un tipo de hipoteca llamada home equity, que permite al propietario acceder a la cantidad ya pagada al banco por su vivienda si necesita dinero en efectivo.

Contraproducente

Se trata de una práctica que ha provocado que muchas personas utilizaran durante años su propiedad como cajero automático y, al igual que en el capítulo de los Simpson, la fiesta terminó y muchos acabaron debiendo al banco una cantidad superior a la solicitada inicialmente.

Como les ha ocurrido a millones de familias en Estados Unidos en los últimos meses, los Simpson descubren, además, que la revisión de tipos de su hipoteca dispara la cuota mensual hasta una cantidad astronómica e imposible de pagar...y acaban perdiendo la casa en una subasta pública.

Según datos del pasado enero, una de cada 274.399 viviendas -una de cada 466- fueron ejecutadas por los bancos en Estados Unidos, un 18 por ciento más que el mismo mes de 2008.

En la popular serie de televisión, la casa de la familia Simpson acaba finalmente en manos de Ned Flanders, el mojigato vecinito de Homer Simpson, que compra la casa por 100.001 dólares (79.200 euros) y se la alquila a sus antiguos propietarios para no dejarles en la calle.