DONDE LAS CALLES NO TIENEN NOMBRE

Aquí, un amigo

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Vino al mundo un dos de abril de 2006, y recuerdo que su nacimiento fue muy sonado. Arrancaba un nuevo proyecto periodístico, LA VOZ DE JEREZ, y lo hacía en un escenario complicado, donde otros habían fracasado antes; en un mercado como el jerezano, con una fuerte competencia y con un índice de venta de periódicos muy por debajo de la media andaluza o nacional. El reto era difícil, duro, arriesgado... El reto era precioso. Espectacular. En aquella primera portada se anunciaba un acuerdo a tres bandas para completar la construcción del Campus Universitario de la ciudad; se constataba que los autobuses urbanos habían perdido medio millón de viajeros el año anterior; el padre mercedario Felipe Ortuno hablaba de su inminente pregón de Semana Santa; el Xerez de Lucas Alcaraz se jugaba su crédito en Valladolid; y Rafael de Paula, en la foto principal, saludaba al tendido de Las Ventas en el homenaje que le tributó la afición taurina en Madrid.

Ya han pasado casi tres años. Y aquí seguimos. Aquella pandilla de jóvenes periodistas, un poco locos, que dejaron el reloj en sus casas desde el día que entraron por primera vez en la redacción y que, a cambio, trajeron los bolsillos llenos de honestidad y coraje sigue jugando este partido, y lo va ganando. Cuesta resumir un periodo de tiempo así en pocas líneas, y hoy, creanme, cuesta más que nunca. El que están leyendo es el último artículo de opinión que escribo como director de este periódico. Los lances de la profesión, del oficio, me devuelven a los brazos de la radio y la televisión, siempre la radio. Así que llegados a este punto del camino hay asuntos que no pueden ni deben quedarse en las alforjas.

A la hora de hacer balance, sonrío satisfecho. Dicen por ahí que es preferible arrepentirte de algo que hiciste que de aquello que no intentaste. Es obvio que me habría arrepentido mucho de haber dejado pasar esta aventura profesional por delante de mis narices sin hacer nada. Ahora puedo decir que mereció la pena, y, aunque nadie dijo que fuera fácil y me vea obligado a recurrir a los tópicos, lo más gratificante de todo es la colección de canallas que he reunido a lo largo de todo este tiempo -dentro y fuera del periódico- y, cómo no, un puñado de portadas de las que han adornado estos tres años en los que vivimos peligrosamente.

En el apartado de los agradecimientos no me andaré con rodeos. Virginia, Alicia, Borja, Pepa, Wayne, Kike, Salva, Jose Manuel, Almudena, Jesús, Javier, Pepe, Manolo, Juan Pedro, Carlos, Jose, Juan Carlos, Lalia, Cristóbal, Josefa, Blanca, Álvaro, Edu, Toñi, Tamara, Esther, Enrique, Alejandro, Dani, Luis, Mercedes, Eugenio, Ildefonso, Gabriel, Silvia, Ana, María, Antonio, Jose Alberto, Pablo, Rafael, Jose Miguel, Ángel, Isabel... a todos y a algunos otros que ya no caben aquí mi sincera gratitud y afecto. Los periódicos se componen, básicamente, de páginas y de personas y con un grupo como el vuestro estoy convencido de que a LA VOZ en Jerez le esperan tiempos de éxito y bonanza, pese a quien pese. Sin vosotros no habría sido lo mismo. Seguid gritando fuerte. Que os oigan. Aquí, un amigo. Seguiremos informando.