RENOVACIÓN. El local de Valverde luce nuevo aspecto con motivo del aniversario; en la imagen, un grupo de jóvenes mira los artículos del escaparate / FRANCIS JIMÉNEZ
OCIO

Un paso por delante durante 15 años

La tienda Absolut celebra tres lustros convertida en motor de un concepto renovador del comercio en el casco antiguo

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A lgunas marcas que han convertido sus logos en dioses adorados en todo el mundo sólo sacan a la venta en España 200 pares de unas zapatillas de diseño vanguardista, las que van a marcar la tendencia de los próximos meses. Unas cuantas de esas codiciadas piezas siempre llegan a los escaparates del casco antiguo. Sucede lo mismo con camisetas, complementos de aire retro, chándales que jamás fueron pensados para hacer deporte y chaquetas que conectan lo que se lleva, la melancolía de los 80 y los materiales que vienen. Lo último de lo nuevo en el corazón de la ciudad más antigua. «Eso de que Cádiz es el último sitio al que llegan las tendencias es mentira. Es falso. Tenemos algunas tiendas punteras que ofrecen zapatillas o ropa que sólo puede encontrarse en unas pocas tiendas de Madrid o Barcelona. Hay gente que viene a Cádiz desde ciudades mayores a buscar un producto que allí no encuentra».

Esta declaración de orgullo resume el espíritu de Absolut, una tienda que ahora cumple 15 años y que ha revolucionado el concepto de comercio de moda en Cádiz hasta impulsar la creación de una pequeña zona en la que encontrar productos difíciles de hallar en el resto de Andalucía y España. Susana (La Sueca) y José Manuel Otero comenzaron a poner en pie su sueño hace ahora tres lustros, en 1994.

Progresión y mudanza

Comenzaron con medio millón de pesetas que les prestó la madre de él, en un modestísimo local de San Pedro: «una calle que entonces estaba muerta. A las niñas nos decían que la evitáramos de noche», recuerda la fundadora. Estaban tan tiesos, que tuvieron que hacer los percheros a mano. Tenían menos de 20 años, una hija y muchos sueños. A los pocos años, pulieron su estilo, aprendieron y prosperaron.

Se mudaron 20 metros más al sur, en la esquina de Valverde. A partir de ahí, la eclosión. Ahora son cinco empleados fijos entre los que se cuentan parientes «y amigos, somos una familia». Hace tres años se inauguró el segundo local, Absolut Footwear, especializado en zapatillas, en Rosario 10, pared con pared con la Santa Cueva.

En esos dos miradores privilegiados, que nunca dejan de renovar con logos del cumpleaños (obra de Daniel Vázquez, pater visual de la revista Spy), alentadoras leyendas en vinilo y toneladas de luz, han convertido su filosofía en sello.

Además, han contagiado entusiasmo. Desde hace meses, alrededor de sus tiendas se han instalado otras (El Indiégena, Mechanic People ) que convierten esa manzana del centro en lo más parecido a una milla de oro de la moda vanguardista en una ciudad tan periférica y pequeña.

Para ellos, en la era de las telecomunicaciones, la ubicación geográfica de Cádiz no es excusa: «El profesional que no está al día, que no tiene buenos contactos en cualquier lugar del mundo, que no se mueve y sabe lo que se cuece en otras ciudades, es porque no quiere o no sabe. Da igual que sea comerciante, albañil o abogado. Nosotros vamos a buscar ropas, zapatillas, ideas, conceptos, a todas las ferias, a Berlín o a Barcelona, donde haga falta, y lo traemos. Estamos en contacto con representantes, amigos ya, que nos avisan de lo último que va a salir. Y lo traemos. Hay mucha gente que hace lo mismo, que trae ideas, cada uno en lo suyo, en hostelería, en moda, en tecnología Cádiz está cambiando, Cádiz promete», asegura José Otero con un mensaje tan optimista que parece provocador en tiempos de terror colectivo.

Tiendas con filosofía

Su éxito comercial parte de: «amamos lo que hacemos. Corazón y profesión, ahora más que nunca. La gente que trabaja aquí es moderna de corazón, le gusta encontrar cosas, ideas diferentes, nuevas y traerlas para compartirlas con su gente», resume Otero, que para reforzar su idea ha llenado sus locales de lemas como «suerte, honestidad, respeto y humildad».

Es respetuoso con los temores de los demás pero, por ahora, no los comparte: «sabemos que hay gente pasándolo mal y me inquieta pensar que nosotros también podamos estar así, que las cifras bajen, pero por ahora no ha pasado. Esta Navidad, notamos que la gente tenía algo menos de dinero, pero su fidelidad nos conmovió. Se notaba que había gente que no quería renunciar a comprar un regalo en Absolut, o que iba a reducir otras compras pero mantenía las que nos hace a nosotros cada año. Casi se nos saltan las lágrimas».

La razón de esta lealtad de los clientes es: «ofrecemos una idea diferente, que detrás de cada producto hay un sentimiento, un concepto y se lo queremos explicar al que lo compra con todo el cariño posible. Creo que los que intentan ofrecer algo diferente en Cádiz, en hostelería, en moda, o en lo que sea, están llevando mejor esta última racha que los demás».

«Nosotros estamos en contacto con la gente más joven y yo estoy convencido de que esta ciudad está cambiando para bien. Los chavales que entran en la tienda tienen una actitud infinitamente mejor que los de hace diez años», defiende. A la hora de sacar una pega, la mayor es «la noche, el ocio nocturno no lleva el mismo ritmo que los negocios de día. Hay una falta de sintonía entre el día y la noche. Falta un mínimo de permisividad para que la ciudad tenga vida nocturna».