EMOCIONADA. Belén Martínez da las gracias a todos. / N. REINA
NINFAS

Belen Martínez se sienta en el trono de las diosas

La gaditana, que lucía un disfraz de fantasía veneciana, fue coronada entre lágrimas en la plaza de San Antonio

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La fantasía veneciana de Belén Benítez cautivó a los presentes. Cádiz ya tiene nueva Diosa, que sucede en el trono a Ana Isabel Caño. De entre las ninfas sobresale esta gaditana que asistirá emocionada a su nombramiento. «No me lo esperaba», declara entre lágrimas justo antes de ser coronada por la alcaldesa Teófila Martínez.

«Quiero agradecérselo a todos los que me apoyaron, en especial a las nueve amigas que he hecho durante estos días». Mientras, sus compañeras la miraban con un gesto a medio camino entre la alegría y la envidia, y se fundían con ella en un fuerte abrazo. Era su noche, «aunque cada vez estoy más nerviosa». Son sus últimas palabras antes de abandonar San Antonio junto al cortejo de descapotables que le llevan al Falla, donde entra por la puerta delantera y pisando la alfombra roja ante la expectación.

Belén se hizo Diosa en un acto que este año se desligó del pregonero para darle mayor realce, y por ello se temía por la cantidad de público que podría asistir al acto. Al final, una nutrida representación gaditana se presentó en la plaza, vitoreando a Belén Benítez al final de la noche. La ganadora rindió homenaje al Carnaval de Venecia. Gema Quintero se presentó como la Domadora de sueños. Aurora Arenas encarnó una Puesta de sol. Noelia Cantos fue Nefertiti, reina del Nilo. Estefanía Sabajanes se acordó de La Pepa 2012. Verónica Otero llevó Casino Las Vegas. Patricia Gómez se convirtió en La joya de Alejandría. Inmaculada León representó a Astarté, divinidad fenicia. Y Patricia Valdés terminó con la Noche de la Alhambra.

El espectáculo, divertido, ameno y con mucho colorido, corrió a cargo de la Asociación Cultural Géminis y la música fue interpretada en directo por la banda El domador de medusas. Una noche de Carnaval, que así se llama, interpretaba a través de la danza las distintas fases de un sábado de Carnaval.