PANORAMA VASCO

La baza y el temor

El PP vasco está esforzándose en esta campaña por ofrecer una imagen desinhibida con respecto a lo que significaron los liderazgos de Jaime Mayor Oreja y de María San Gil y, sobre todo, por presentarse como la genuina alternativa al nacionalismo gobernante y al supuesto seguidismo del PSE. Este último mensaje dista de ser novedoso, pero esta vez tiene la virtualidad de intentar frenar el potencial trasvase del voto útil hacia quienes libran la batalla por el poder con Ibarretxe, los socialistas de Patxi López.

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Ese intento de preservar el campo propio se ha hecho aún más apremiante para el PP ante la posibilidad de que la alternancia pueda depender de su resultado; o dicho de otro modo, ante el profundo desencanto que supondría para el partido que el cambio se frustrara en Euskadi porque su cosecha electoral se quedara corta para poder sumarla, eventualmente, a la del candidato socialista en la sesión de investidura. Ésta es la baza que aspiran a jugar los populares y la que temen terminar perdiendo por los efectos de la onda expansiva provocada por la trama de corrupción.