Opinion

Una gran oportunidad para la política local

Unos piensan que el caso hace un flaco favor a la salud de la política local. Otros, por el contrario, consideran que puede contribuir a mejorarla. Eso lo dirá el tiempo, lógicamente. Pero de lo que no cabe duda es que ha provocado un enorme morbo en la ciudad e, incluso, fuera de ella. Porque detrás, al margen de la trascendencia del caso en sí y de lo que podría implicar, hay dos pesos pesados enfrentados, dos enemigos políticos irreconciliables y con un carácter fuerte que parecen dispuestos a casi lo que sea para proclamarse vencedor de una batalla en la que se antoja imposible la opción de alzar una bandera blanca.

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Resulta aventurado pronosticar si Pedro Pacheco cumplirá finalmente su amenaza de tirar de la manta. En esto también hay división de opiniones, aunque cabe reconocerle su inteligencia y presuponer que hará buen uso de ella, aunque sea en beneficio propio, que en este caso sería salvar su trasero. De momento ha lanzado el órdago, posiblemente con la intención de ver cómo respira el bando contrario. Pero si no le queda más remedio, estoy convencido de que es de los que muere matando. O, mejor dicho, de los que se venga matando.

De todas formas, no estaría de más que el juez aceptase su petición de declarar voluntariamente. Ha dicho, a través de su abogado, que es porque no tiene nada que esconder, porque no cometió ninguna ilegalidad y porque, de paso, quiere aprovechar para largar sobre otras cuestiones de dudosa regularidad de las que tendría pruebas y que podrían manchar a algunos de los que gobiernan hoy en día en el Ayuntamiento de Jerez. No hace falta ser un lince para deducir que es el rostro de Pilar Sánchez el que tiene en el centro de la diana.

Llama la atención que no se haya hecho nada al respecto. Me explico. No se entiende que nadie -con autoridad, claro- haya cogido a Pacheco y le haya exigido que entregue esa documentación, si es que es verdad que la tiene. O las pruebas que pueda manejar. ¿Por qué el andalucista se ha estado guardando durante todo este tiempo esa información? ¿Precisamente para hacer uso de ella si se sentía amenazado o atacado? ¿O es que le ha caído ahora llovida del cielo? No sé qué le parecerá al lector, pero el asunto, desde luego, tiene todos los ingredientes de una novela de espías y/o conspiraciones.

La política jerezana no puede permitirse nada de esto. Por eso sería conveniente que el juez llame a declarar lo antes posible a Pacheco, para que cuente lo que dice saber, además de negar su implicación en cualquier maniobra ilegal cuando gobernaba en el Ayuntamiento de esta bendita ciudad. Tampoco pueden permitirse gestos hipócritas como los de los que critican sin tener en cuenta que tiempo atrás fueron compañeros de viaje del denunciado.

La sensación que queda al final es la de siempre en estos casos, que todos los políticos están cortados por el mismo rasero, que no se puede creer en ninguno... Qué les voy a contar.

Pero Jerez tiene ahora, con el caso Pacheco, una gran oportunidad de acabar con eso y revitalizar la política local. Ojalá se aproveche y no lleguen después los lamentos.