OPINIÓN

Boqueronero confeso

El vestuario del Xerez Deportivo ha desprendido irritación durante esta semana. Los casos de Bajic, de Pedro Ríos o la llegada de Abel y el crack Altidore -edulcorada con las declaraciones del presidente- parecen haber tenido buena parte de la culpa.

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Pero nuevamente ha aparecido Esteban Vigo al paso de los problemas. Justo cuando muchas voces apuntaban a que Calle pasaría de la titularidad a la grada o que Luque quedaría desahuciado para los restos, el entrenador azulino ha dado un golpe de efecto, ha tirado de paciencia y le ha tendido el brazo a su plantilla para colocar a cada uno donde le corresponde.

Me considero Boqueronero reconocido, y no me queda más que aplaudir una vez más las decisiones acertadas del entrenador malagueño, pues el guiño que le ha hecho a sus jugadores es moralmente beneficioso para una plantilla que se sentía como ese hermano mayor que deja de tener protagonismo cuando nace el bebé. Y es que si algo ha demostrado tener Vigo es mano izquierda. Su trabajo psicológico es uno de sus fuertes, y ha preferido dar cariño a los chicos que le han llevado hasta lo más alto de la tabla de clasificación. Todos tenemos ganas de ver a los fichajes, pero cada cosa a su tiempo.