DOMINIO. Los locales controlaron la primera mitad. / MIGUEL GÓMEZ
FÚTBOL SALA PRIMERA NACIONAL

Trabajada victoria de un Virgili que estuvo cerca de llevarse el susto

Alvez complicó el choque a los gaditanos en los últimos compases Chipi y Ale, con dos goles cada uno, los más acertados de cara al marco rival

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El encuentro que el Virgili disputó ayer frente al colista, el Boulevard de Almería, demuestra que en Primera Nacional no hay rival pequeño. Los de Juan Carlos Gálvez vieron cómo se les complicaba un choque que tenían controlado en la primera parte, aunque finalmente amarraron la victoria por la mínima. Eso fue lo más destacable de una tardee que no pasará a la historia del equipo, otras veces mucho más enchufado que en esta ocasión. Desde el primer minuto, los gaditanos fueron a defender en zona alta aunque se veía que no con la intensidad necesaria.

Chipi inauguraba el marcador a los seis minutos y todo hacía presagiar que el encuentro iría por los cauces previstos, aunque poco después, Ginés establecía la igualada en el tanteador.

Esta situación espoleó al conjunto de Gálvez, sabedor de que no podía dormirse en los laureles. Así las cosas, se pusieron el mono de trabajo y, con dos goles de Ale y otro más de Chipi, pusieron tierra de por medio en el marcador.

Final frenético

Cuando parecía que los locales tenían todo controlado, Alvez se aprovecha de un riguroso penalti para establecer el 4-2, que daba vida a los almerienses. Así finalizaba el primer tiempo.

Con la intención de matar el partido saltaron a la cancha los gaditanos. Pero la falta de definición arriba, con tiro al palo de Toni incluido, evitaron que el marcador se moviera. Cuando el partido tocaba a su tramo final y todo parecía definido, de nuevo Alvez aparecía para hacer el tercero y poner el miedo en la grada.

Para colmo, Varela erraba otro doble penalti y trasladaba el nerviosismo al equipo. Ese mismo nerviosismo se apoderaba del conjunto almeriense, que hacía por lograr el empate pero no encontraba premio a su esfuerzo. Juanillo hace falta a Vargas y éste, impotente, se toma la justicia por su mano y agrede al jugador, dejando a los suyos con uno menos y matando las opciones almerienses de lograr el empate.