Economia

La inflación cae al mínimo histórico

Los precios han subido apenas un 0,8% en los doce últimos meses, pero el Gobierno descarta que se llegue a la deflación

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Lo nunca visto. Los precios de los bienes y servicios de consumo apenas se han encarecido el 0,8% en el último año. Así lo refleja el dato adelantado que, medido con criterios comunes para toda la Unión Europea (IPCA), publica el Instituto Nacional de Estadística. Aunque habrá que esperar al 15 de febrero para oficializar que se trata del mínimo histórico de inflación, porque en esa fecha se difundirá el indicador nacional definitivo, la experiencia demuestra que la variación entre ambos no supera nunca una décima.

No se había registrado una inflación tan reducida desde que se empezó a calcular el índice armonizado de variación de los precios, allá por enero de 1997, cuando las principales economías europeas preparaban el camino para la adopción del euro. Más difícil resulta la comparación con el IPC nacional, que ha sufrido notables cambios en su elaboración, pero los expertos creen, con fundamento, que ya nos encontramos con la evolución más moderada de los precios en tres o cuatro décadas.

Aunque no hay información suficiente para apreciar las causas del desplome de la inflación -en diciembre se quedó en el 1,5%, y hace apenas medio año había trepado a un máximo del 5,3%- los analistas deducen que la caída del precio de las materias primas, y en particular del petróleo, es uno de los principales motivos. Si el precio del barril alcanzó e1 11 de julio de 2008 los 147 dólares, ahora se encuentra por debajo de los 50. La media del pasado enero fue de 45,6 dólares por barril.

Habría que sumar también la fuerte y rápida desaceleración de la actividad y del consumo de los hogares. Los proveedores de bienes y servicios han respondido a esta nueva situación con contención de precios, descuentos y promociones. Los agentes del INE que toman los datos para elaborar la estadística prescinden de las ofertas ocasionales, pero no de las rebajas generalizadas.

Destrucción de empleo

El drástico frenazo de los precios alimenta los temores de que la economía española pueda adentrarse en la deflación, una fase caracterizada por la peor combinación posible: caída simultánea de los precios y del Producto Interior Bruto. En tales circunstancias, la actividad se deprime y se acelera la destrucción de empleo.

El Gobierno salió en tromba ayer a rechazar esta posibilidad. Al término del Consejo de Ministros, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega aseguró que el Ejecutivo «trabaja en todos los ámbitos para que esa situación no se produzca». E incluso fue más allá al declarar, tajante, que el Gabinete «no contempla esa situación. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, se expresó en parecidos términos, y aprovechó para ensalzar las bondades de una etapa de precios bajos. Recordó que la renta disponible de las familias se verá favorecida, y apuntó que la práctica desaparición del diferencial con la media de la zona euro mejorará la competitividad de los bienes y servicios españoles en un momento en el que las empresas dirigen la mirada al exterior a causa del desplome del consumo interno.

Las autoridades económicas españolas reconocen que la inflación seguirá bajando en los próximos meses. Al igual que los servicios de estudios de instituciones privadas, que piensan incluso que rozará tasas negativas a mediados de año, pero aseguran que en la recta final de 2009 volverá a subir, aunque sólo sea por el efecto estadístico de comparar los datos con los meses finales de 2008, que fueron netamente bajistas.

Parecida tesis defiende el Banco Central Europeo (BCE) al pronosticar un repunte de los precios en la zona euro en el segundo semestre. Incluso si la economía sigue atravesando un fuerte bache, el efecto retardado que el encarecimiento del crudo suele tener sobre precios y salarios se dejará notar por esas fechas, advirtieron los expertos de la institución monetaria en su último informe de coyuntura. También matizaron que el objetivo de estabilidad de precios se mantiene, para la zona euro, «algo por debajo del 2%». Por eso, y con la vista puesta en la profunda desaceleración económica y en la trayectoria de la inflación a medio plazo, el BCE volverá a bajar los tipos, actualmente en el 2%, en su reunión del mes de marzo.