CÁDIZ

Un cotejo de ADN puede resolver la desaparición de Jenaro Jiménez

La Guardia Civil cruza las muestras obtenidas de la madre del empresario desaparecido en Tarifa en abril con un cadáver hallado en la costa de Almería

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Han transcurrido nueve meses desde la última vez que se vio al empresario gaditano Jenaro Jiménez Hernández y aún no se ha resuelto la incógnita principal: qué ocurrió el 13 de abril en la playa de los Alemanes, en Tarifa. Sin embargo, la Guardia Civil trabaja en estos momentos en una línea de investigación que puede arrojar esa solución definitiva. La esperanza está depositada en unas pruebas biológicas que de confirmarse significarían que el desaparecido murió en el mar.

A finales de julio apareció a 13 millas al suroeste del Cabo de Gata (Almería) el cuerpo sin vida de un varón que vestía traje de neopreno. Su mal estado confirmó desde el primer momento que llevaba varios meses en el agua. No portaba ningún tipo de documentación y las primeras averiguaciones descartaron que pudiera corresponder a alguna persona desaparecida en la costa levantina o Andalucía Oriental. Dadas las dificultades, la Guardia Civil tomó muestras de ADN y las remitió al Centro de Investigación y Criminalística del Instituto Armado en Madrid para que quedaran archivadas en el caso de alguna reclamación.

Por su parte, un equipo de la Comandancia de Cádiz hizo lo mismo con los familiares del empresario gaditano, siguiendo el protocolo habitual en el caso de desapariciones. Los investigadores recurrieron a la madre porque su muestra es la que aporta un resultado más fiable.

Esas gestiones se hicieron a las pocas semanas de perderse la pista a Jenaro Jiménez y fueron enviadas a la Universidad de Granada. Dicha institución colabora con el cuerpo policial en el desarrollo del Programa Fénix, que comenzó a funcionar en 1998. Así se llama a una base de datos donde se guardan los perfiles genéticos de familiares de desaparecidos. Esa herramienta sirvió para identificar a varios de los inmigrantes que murieron en el naufragio de una patera la aciaga noche del 31 de diciembre de 2007 y cuyos cuerpos fueron expulsados durante varios días al litoral jandeño.

A finales del año pasado, en un afán por aclarar qué ocurrió con el empresario, se remitieron a Madrid las muestras de la madre por si coincidieran con el perfil genético del cuerpo rescatado en Almería. A día de hoy están a la espera de obtener resultados, aunque el caso de Jenaro se ha topado con un problema añadido y es el enorme atasco que existe en los laboratorios centrales donde se hacen esas pruebas.

A estos servicios centrales llegan las muestras de todas las investigaciones del país. Según la urgencia del asunto, se prioriza unos sobre otros y aquellas pruebas que pueden determinar la culpabilidad de un sospechoso son las que tienen un carácter más urgente.

Un ejemplo de esa lentitud es cercano. Los restos de ADN que fueron encontrados en el coche que utilizó el clan de Los Flores en la noche que mataron a Tamara Leyton fueron enviados en abril y las muestras de los delincuentes, en agosto, tras caer en un violento tiroteo. Aún no hay resultados.

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