SALIDA. La tripulación toma posiciones antes de zarpar. / ROMÁN RÍOS
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Parte de Rota la primera fragata española que luchará contra la piratería en Somalia

El temporal impide que la ministra Chacón acuda a la despedida del navío El barco, con una dotación de 210 militares, permanecerá en África hasta abril

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Una «misión curiosa». Así calificó el jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA), almirante general Manuel Rebollo García, la labor que desempeñará durante los próximos meses la fragata Victoria, que partió ayer de la Base Naval de Rota para incorporarse a la operación Atalanta, dispuesta por la Unión Europea para luchar contra la piratería frente a las costas de Somalia.

Aunque estaba previsto que fuera la ministra de Defensa, Carme Chacón, la que presidiera el acto de despedida del navío, las malas condiciones climatológicas impidieron que partiera de Torrejón de Ardoz, en Madrid, encargándose el AJEMA de dirigir el acto y disculpando la ausencia de la ministra en su discurso.

Unas palabras en las que resaltó la importancia de la operación debido a que se trata de la «primera vez que la Armada se va a enfrentar a la piratería, que se ve como algo que sólo ocurre en las películas, pero que está haciendo mucho daño al tráfico mercante mundial».

Esta situación ha llevado a la Unión Europea a desarrollar un dispositivo en el que colaboran unidades de países como Francia, Reino Unido, Alemania, Países Bajos, Grecia y España, a la espera de que se incorporen nuevas naciones. Se trata de la primera misión europea de estas características, que se inició el pasado 8 de diciembre y que llegará a contar con más de mil militares, estando previsto que España asuma el mando a partir de mediados de abril, en la segunda rotación, momento en que la fragata Victoria será relevada por la Navarra.

Operación MIO

La fragata Victoria acude a la misión debido a que se trata de una embarcación especializada en operaciones de interdicción marítima (conocidas como operaciones MIO), que consisten en el control del tráfico marítimo en un área determinada, en este caso las costas de Somalia, para conseguir que se cumplan las normativas internacionales. De esta forma, el navío realizará tareas de identificación del tráfico, y podrá llegar al abordaje, inspección e incluso detención de los buques sospechosos.

Para ello, el barco cuenta con una dotación de 210 militares de la Armada a bordo. De ellos, unos 180 pertenecen a la dotación del propio buque con 15 oficiales y 27 suboficiales y un total de 40 mujeres. El resto pertenece a la unidad aérea embarcada y a un equipo de Infantería de Marina que actuará como fuerza de protección.

La fragata partirá hacia la zona de operaciones con dos helicópteros SH-60B Seahawk, que servirán para complementar las capacidades de vigilancia, ataque y defensa del buque. La unidad aérea embarcada para esta misión estará compuesta por cinco pilotos y diverso personal de vuelo y mantenimiento. Por su parte, el equipo de Infantería de Marina que navegará a bordo de la fragata está capacitado para realizar operaciones tanto cooperativas como sin colaboración. Todos sus integrantes están destinados en el Segundo batallón de Desembarco de la Brigada de Infantería de Marina, con base en el Tercio de Armada de San Fernando.

El sargento Simón García, el marinero primero Francisco Javier Picón, el marinero Manuel García y el cabo primero Eric Esgueva, forman parte de la unidad aérea embarcada. Para ellos se trata de una misión «que no deja de ser llamativa porque a la mente se te vienen las imágenes de los piratas del Caribe, pero aunque parezca complicado por la época en la que estamos, la piratería hoy en día está haciendo un gran daño. No sabemos lo que vamos a encontrar, pero estamos preparados para la misión, de hecho conocemos la zona al haber participado en misiones tras el 11 de septiembre», asegura Esgueva. El sargento García afirma que «ha habido un auge de piratas en esa zona que es preciso controlar y creemos que tenemos los medios necesarios para hacerles frente».