Artículos

Piratas sin impunidad

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

a liberación de los 25 tripulantes del Sirius Star, el superpetrolero saudí que permanecía secuestrado por los piratas somalíes desde el pasado 15 de noviembre, constituye un motivo de alivio para la comunidad internacional ante la incierta suerte que corría el mayor barco raptado hasta ahora por los corsarios que atemorizan el tráfico comercial y las actividades pesqueras en el Golfo de Adén. La exhibición de fuerza que supuso la retención del Sirius Star ha tenido la virtud de estimular una respuesta más comprometida en el combate contra una amenaza de consecuencias mundiales y al que se han sumado recientemente, entre otros, una misión específica de la UE, la Armada de EE UU y China. La movilización coordinada de recursos y las nuevas resoluciones de la ONU que permiten la entrada en aguas territoriales de Somalia en los próximos doce meses para luchar contra una práctica calificada como delito organizado apuntan a una imprescindible concienciación sobre el peligro que comporta una forma de coacción estructurada, cada vez más dotada de medios y con vocación de ejercer una intimidación global en un mar sometido a su ley. Pero la operatividad real de ese compromiso dependerá, en parte, de cómo los estados afectados encaren el dilema moral que plantea el pago de rescates para salvar vidas, a sabiendas de que la extorsión, negociada en muchos casos a través de despachos alejados del avispero somalí, alimenta la continuidad efectiva de la amenaza. Y los esfuerzos conjuntos también se verán lastrados si no se avanza en una cierta homologación de las legislaciones nacionales para perseguir la piratería -aún no tipificada como delito en España- y en la adopción de acuerdos que aseguren las detenciones y el enjuiciamiento de los sospechosos; y que lo hagan, además, con la mayor conformidad posible a las reglas del Derecho.