CANTERA. La mayoría de los cantautores 'empiezan' en este tipo de locales. / LA VOZ
Cultura

Alegato contra 'la ley del silencio'

La Plataforma Salvemos el Directo trabaja por conseguir un cambio de la normativa vigente que impide la celebración de conciertos en los bares y pubs de Andalucía

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La crisis económica va ligada irremediablemente a la cultural, y viceversa. Al menos en El Puerto de Santa María. La ley seca que sufre la localidad en materia de música en directo se mantiene en el nuevo año, a pesar de que el periodo navideño ha supuesto un pequeño respiro para artistas y locales que potencian las actuaciones en vivo.

Concluido el parón, la música enlatada vuelve a ser una constante en los bares de la ciudad. Y no porque la Plataforma Salvemos el Directo creada a finales de verano por estos colectivos, tras sufrir continuas intervenciones policiales y suspensiones de conciertos, haya abandonado la lucha. De hecho el próximo día 17 volverán a reunirse para acordar y redactar sus próximas actuaciones. En el horizonte, elaborar y hacer llegar al Parlamento andaluz un proyecto que permita modificar el «ambiguo» epígrafe del Catálogo Andaluz de Espectáculos que impide la celebración de estos eventos en salas de pequeño y mediano aforo.

Es la respuesta a meses de negociaciones con el Ayuntamiento portuense y a sus delegaciones de Cultura, Urbanismo y Medio Ambiente que, a pesar de sus intenciones de atender - así lo hicieron ver a través de un comunicado web- a las peticiones de músicos, locales y ciudadanos comprometidos con la causa, se encuentran sometidos a la legislación regional.

Así, el alcalde de El Puerto manifestó la intención del equipo de Gobierno de modificar la ordenanza municipal para que dentro del epígrafe «bar musical», que permite la ambientación reproducida, se permita, con la misma emisión de decibelios, la ambientación «en directo», sin necesidad de que «los organizadores de estas actuaciones tengan que recurrir a la solicitud de licencia para actos públicos extraordinarios, según se desprende de la Ley de Espectáculos Públicos de la Junta de Andalucía».

Difícil adaptación

Una vez estudiada esta alternativa, la Delegación de Urbanismo del Ayuntamiento de El Puerto envió una carta a la plataforma recomendándole que la única posibilidad legal para ofrecer música en vivo es la adecuación de los bares y bares musicales en salas de fiestas, locales en los que sí se contempla el directo.

Esa adaptación supone una insonorización total -70 decibelios-, para lo que se necesita un metro de aislante, según el presidente de los hosteleros gaditanos, Antonio de María. Además, las salas de fiestas deben estar dotadas de una infraestructura especial que incluye escenario, camerinos y servicios. El coste económico oscila según los metros cuadrados del local, aunque el principal hándicap para acometer estas medidas es, precisamente, la falta de espacio. Así las cosas, esta posibilidad queda en manos de los riesgos que puedan asumir y la capacidad económica de los pequeños empresarios.

Mientras se buscan y analizan nuevas vías se han suspendido «más de 100 conciertos», una situación que ha afectado a casi una decena de locales, según cuenta Melissa, propietaria del Barsito y portavoz de la plataforma. Y a menor oferta cultural, menor rendimiento económico de estos negocios que apuestan por dar una primera oportunidad a la generación musical incipiente. «Los músicos han perdido mucho trabajo y algunos bares han tenido que disminuir su plantilla. Había locales que dedicaban un día entero a estos espectáculos y ahora la gente ha dejado de acudir», comenta la portavoz.

Salvemos el directo, que no descarta emprender otro tipo de acciones, trabaja en estos momentos por conseguir la adhesión de otras asociaciones y salas de otras provincias afectadas por la normativa. «El problema es que a pesar de que es una ley andaluza, cada municipio la cumple según sus criterios. Unos a rajatabla y otros con mayor permisividad». En cualquier caso, muy pocos locales se «arriesgan» a celebrar estos conciertos ya que se enfrentan a «multas de hasta 3.000 euros, cierre del bar y confiscación de los instrumentos de los músicos».

La plataforma portuense, a la que se han sumado además un puñado de cantantes y grupos famosos como Melocos, Enrique Bunbury o Javier Ruibal, mantiene el contacto con el Consistorio local para evitar que se suspendan los directos de manera «tajante». Por su parte, el Ayuntamiento ha manifestado su intención, incluso, de «promocionar» estos espectáculos e incorporarlos en la oferta de sus delegaciones de Cultura y Juventud.