Fotografma del film 'Matchmen'. / LA VOZ
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Lo que hay que ver en 2009

Hollywood juega sobre seguro y apuesta por las secuelas y los superhéroes en un año que vivirá la explosión del cine en 3-D

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Resuenan los tambores apocalípticos anunciando la muerte del cine... y resulta que Hollywood bate en 2008 su récord de taquilla en el extranjero: 7.150 millones de euros, un 4% más que el año anterior. Las secuelas, los dibujos animados y las adaptaciones de cómics de superhéroes capean la crisis económica y consolidan la tendencia al alza mostrada en 2007. Este año habrá más de lo mismo. Seguirán cerrando salas, pero se consumirán más películas que nunca. Los estudios continuarán confiando en las sagas para amortizar sin riesgos sus abultados presupuestos.

Esa cobardía a la hora de apostar por proyectos originales se traduce en una lista descorazonadora de películas-acontecimiento. ¿Qué capacidad de sorpresa deparan los estrenos de Transformers 2, Ice Age 3, Terminator 4, Harry Potter 6 y ¡Star Trek 11!? Sólo la poco factible huelga de actores añadirá morbo a la temporada. Un parón de las estrellas cerraría el grifo de grandes producciones y allanaría el camino a cinematografías periféricas. Por su parte, las divisiones independientes de las majors terminarán de echar la persiana en 2009.

Este será el año en el que se consolide la descarga legal de películas por internet y cierren de una vez por todas los videoclubes. Un catálogo amplio en la Red permitirá bajarse filmes con calidad a la pantalla del ordenador, el MP4 o el iPhone. Las multisalas de los centros comerciales acometerán su transformación para proyectar títulos en tres dimensiones. Las productoras de dibujos animados están tan esperanzadas que Jeffrey Katzenberg, el capo de Dreamworks, ha anunciado que todos sus lanzamientos serán ya en este formato.

Adiós a las mareantes gafas de celofán azul y rojo. El nuevo 3-D –prometen– sumerge al espectador en la historia. «Es la tercera revolución de la historia del cine tras el sonoro y el color», vaticina Katzenberg. De momento, en marzo llegará a Estados Unidos Monsters vs. Aliens y en agosto Journey 3-D. Sólo se podrán disfrutar en salas adaptadas al formato (en España hay 30). Para Navidades, las cadenas de exhibición tendrán que haberse puesto las pilas si quieren estrenar la película más esperada del año: Avatar, de James Cameron.

Diez años ha tardado el director de Titanic en culminar esta mesiánica cinta de ciencia-ficción rodada con un sistema patentado por él mismo. Dos cámaras de alta definición y una convencional obran el milagro de introducir a actores de carne y hueso en mundos virtuales habitados por extraterrestres. La Fox ya ha invitado a Steven Spielberg, Peter Jackson y George Lucas a visionar el copión para que tomen nota de cómo se filmarán las superproducciones a partir de ahora. El poco modesto Cameron promete «una experiencia similar a la que tuvieron los espectadores que gozaron en su día de 2001 y Star Wars».

La resurrección de Rourke

Las vacas sagradas también estarán de promoción en 2009. Martin Scorsese vuelve a echar mano de Leonardo DiCaprio en Shutter Island, un thriller ambientado en los años 50. Francis Ford Coppola presentará tras un accidentado rodaje en Buenos Aires Tetro, una saga familiar sin la épica de El padrino protagonizada por Maribel Verdú y Carmen Maura; su anterior filme, Youth without Youth, sigue inédito entre nosotros.

Quentin Tarantino sorprenderá con Inglorious Basterds, revisitación de Aquel maldito tren blindado, de Enzo G. Castellari, con Brad Pitt al frente de un pelotón de soldados judíos que siembra el terror entre los nazis en la II Guerra Mundial. El marido de Angelina Jolie vivirá en 2009 una sobreexposición mediática: en breve estrena El curioso caso de Benjamin Button, donde interpreta a un hombre que nace anciano y rejuvenece con los años.

Otros actores que acapararán portadas y se pasearán por la alfombra roja serán Sean Penn y Mickey Rourke. El primero revive en Milk al primer político estadounidense que se declaró abiertamente gay antes de ser asesinado a tiros. Rourke resucita literalmente con El luchador, la crónica de una estrella caída del wrestling. Todo un recital interpretativo del otrora bellezón de Nueve semanas y media, hoy un rostro deforme por los golpes y la cirugía.

Meryl Streep volverá a recibir su enésima nominación al Oscar merced a La duda, el tenso enfrentamiento entre una monja y un cura acusado de pedófilo. Kate Winslet se lucirá por partida doble: Revolutionary Road la une a DiCaprio once años después de Titanic, mientras The Reader revive la sombra del nazismo. Clint Eastwood (Gran Torino), Tom Cruise (Valkiria) y Hugh Jackman (Lobezno) se lo pondrán difícil a Johnny Depp, que deja de hacer el ganso en el Caribe y se mete en la piel del mafioso John Dillinger en Public Enemies. Le persigue el mejor agente del FBI (Christian Bale).