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El ex líder del Congreso belga promete la rápida formación de un nuevo Gobierno

La crisis política en la que se ha visto inmersa Bélgica en los últimos diez días parece que llega a su fin. El rey Alberto II decidió el domingo que el hasta ahora presidente de la Cámara de los Diputados, Herman van Rompuy, se ponga a la tarea de formar un nuevo Gobierno, cosa que comenzó a hacer ayer mismo. Van Rompuy tratará de reconducir la situación tras la renuncia del anterior primer ministro, Yves Leterme, por el escándalo de la banca Fortis.

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Democristiano flamenco (CD&V), de 61 años, el ya ex líder del Congreso se mostró en un principio reacio a aceptar el encargo, pero al final dio su brazo a torcer ante la falta de gobernabilidad del país.

Según la agencia de noticias belga, Van Rompuy comenzó ayer la jornada con una agenda bien repleta. En ella tenía anotadas reuniones bilaterales con los líderes de los partidos de la coalición gubernamental -Didier Reynders (MR), Joëlle Milquet (CdH), Marianne Thyssen (CD&V), Bart Somers (Open Vld) y Elio Di Rupo (PS)-, a las que siguió un encuentro conjunto mantenido con todos ellos. Todo apunta a que la elección real de Van Rompuy ha sido acertada. Incluso desde la oposición así lo consideran.