RÉCORD. Un portero del Trident saluda a una periodista que cubrió la reapertura del hotel. / REUTERS
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Bombay recupera la esperanza tras los atentados islamistas

Los hoteles reabren sus puertas un mes después de la masacre

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«Volvemos a la vida en un tiempo récord». Ratan Tata, el empresario más poderoso de India y dueño de los hoteles Taj, brindó con los miles de invitados que se dieron cita para celebrar la reapertura del centenario hotel Taj Mahal, situado frente a la Puerta de India de la capital financiera del país. Apenas veinticinco días después de la operación yihadista que dejó 179 muertos y centenares de heridos en la ciudad, los dos hoteles de lujo, que se convirtieron durante sesenta horas en trinchera para los terroristas, reabrieron parcialmente sus puertas como símbolo de victoria frente al terror.

Junto al Taj Mahal -cuya reparación definitiva llevará al menos un año más, pero que ya ofrece la posibilidad de alojarse en su ala más moderna-, el Trident-Oberoi también abrió sus puertas tras los graves sucesos del pasado 26 de noviembre. Unas ochenta personas, entre huéspedes y personal, perdieron la vida durante los casi tres días de operaciones militares que fueron necesarios para reducir a los terroristas que se hicieron fuertes en sus dependencias y que amenazaron con volar los edificios.

Una cadena de diez ataques en menos de dos horas y la posterior toma de rehenes en estos hoteles y en un centro de estudios judío provocaron una grave crisis en el Gobierno indio que obligó a dimitir al responsable de Interior. Los ciudadanos acusan a las autoridades de falta de previsión y poco a poco aparecen detalles que ponen en entredicho la respuesta de las fuerzas de seguridad. El último, el testimonio de uno de los supervivientes del Taj Mahal a la cadena BBC que lamentaba la muerte de varias personas acribilladas bajo el fuego de los terroristas tras seguir las indicaciones de la Policía.

El nuevo jefe de Gobierno de la provincia de Maharashtra, Ashok Chavan, sucesor del también dimitido Vislarao Deshmukh, asistió a la ceremonia religiosa que precedió a las reaperturas simbólicas de los dos establecimientos y declaró que «los ciudadanos no tienen que preocuparse de la seguridad. La administración regional y la Policía harán todos los esfuerzos para evitar ataques terroristas en el futuro».

Otros lugares afectados por los ataques tardaron menos en volver a la normalidad. El café Leopold abrió sus puertas apenas 24 horas después del ataque y las marcas de los disparos forman ya parte de la identidad de uno de los restaurantes más populares del sur de Bombay. La estación de ferrocarril de Chatrapati Shivaji empezó a funcionar con absoluta normalidad unas horas después de los atentados. Gracias a las cámaras de esta estación, los investigadores apuntan a la organización paquistaní Lashkar-e-Taiba como presunta autora de los atentados.