BELINDA WASHINGTON ACTRIZ

«Me tiro a la piscina como actriz»

Ha regresado a la televisión en el papel de una asesora de imagen en la segunda temporada de 'Hermanos y detectives'

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Belinda Washington lucha por abrirse camino como actriz. A sus 45 años, la que fuera en los años noventa una de las presentadoras más populares de la televisión (¿Qué me dices!, De domingo a domingo), quiere volcarse en la interpretación y no deja de formarse en distintas escuelas. Mientras representa en el teatro la comedia Como te mueras te mato, de gira por distintas capitales, confía en que su papel en la segunda temporada de la comedia policíaca de Telecinco Hermanos y detectives sirva para dar un paso más.

-Se mete en la piel una mujer fría, sin escrúpulos y obsesionada con el trabajo.

-Parece dulce, pero es capaz de cualquier cosa. No hay reto que se le ponga por delante, y más si hay dinero por medio. No reparará en medios con tal de que el comisario Serrano llegue a ser alcalde. Es una mujer muy ambiciosa. ¿Que si me reconozco en el personaje? En la ambición no, al menos sólo ambiciono la felicidad y el trabajo bien hecho. El dinero no me interesa tanto.

-¿Cómo va a ser su relación con Álex Angulo?

-Ella es muy manipuladora, sibilina. En esto es muy femenina porque, en ocasiones, cuando las mujeres quieren algo dan muchas vueltas hasta conseguirlo. Ella quiere transformarle, hacerle apetecible para el voto. Lo cierto es que he entrado en una serie que ya estaba rodada y me han acogido todos muy bien.

-¿Está en su momento de despegue como actriz?

-Así lo deseo. Desde hace años estoy formándome, haciendo cursos. Sigo apostando por eso. Aunque me guste presentar, ha llegado el momento de tirarme a la piscina, y aunque no sé si habrá mucha agua, voy a saltar con humildad.

-¿La presentación es un trabajo y la actuación vocacional?

-Sí. Es un tópico, pero yo desde pequeña lo que quería era ser actriz. Estoy dando un cambio desde hace tiempo. Me da miedo porque a veces dudo de si tendré o no talento para la interpretación, pero por eso me estoy formando y seguiré haciéndolo. Voy a las clases con chicos de veinte años, pero me da igual. Con mis 45 recién cumplidos voy a seguir aprendiendo. ¿Que luego no funciona? Todavía sé hacer algo en la vida, que es presentar.

-Quizás el haber sido presentadora de programas de entretenimiento le resta credibilidad como actriz.

-Mire Belén Rueda. Le ha costado años, pero lo ha conseguido. Para mí es un ejemplo, pero sé que cuesta porque a veces la presentación y la interpretación son compartimentos estancos. Se piensa que si sabes hacer una cosa no haces bien la otra. El tiempo lo dirá, pero mi intención es despegar.

Programas rosa

-Usted fue precursora de los programas rosa con '¿Qué me dices!'. ¿Qué le pareció la explosión que vino después?

-En ¿Qué me dices! había cachondeo, estábamos en el borde, incordiando, aunque jamás recibimos una demanda. Pero cuando se traspasan los límites del respeto y se destapan los muertos, eso es saltarse todo. Y estoy en una cadena que tiene programas así. La gente los ha seguido viendo y son programas que tienen audiencia, pero no me gustan.

-¿Se ha sentido respetada por la prensa rosa?

-Sí. Pero tampoco he dado motivos. Soy una mujer casada que trabaja y no tengo amantes. No voy de nada y espero no se me suba a la cabeza el éxito, si lo tengo.

-¿Compagina bien la vida laboral con la familiar?

-Como tantas otras mujeres. Además, tengo ayuda en casa, algo que no todas las trabajadoras se pueden permitir. Y mi madre y mi marido me echan una mano. Yo voy apagando fuegos, intentando llegar a mi curso de interpretación, hacer la compra...

-También le gustaría acceder al cine.

-Por soñar... Es una realidad que hay muchos prejuicios. Cuando has trabajado tanto en televisión se te cierran herméticamente otros medios. Pero todo llegará. Todavía queda Paseando a Miss Daisy, aunque tampoco hay tantos papeles de mujeres mayores. En general, tanto en cine como en televisión proliferan los personajes para jovencitos. Para mí lo importante es encontrar los que muevan emociones.