Opinion

La crisis, sus causas

Hace unos días en esta misma sección expuse unas opiniones sobre cómo se puede frenar esta descomunal crisis; opiniones que mas que mías, pues yo no soy ni economista como el Sr. Pizarro, ni columnista como el genial Antonio Burgos, fueron recogidas en las barras de los bares, de las amas de casa, y de trabajadores que de la noche a la mañana se quedaron sin trabajo y no saben cómo van a pagar la hipoteca, la letra del coche y poder dar de comer a su mujer y sus hijos. Hoy intentaré explicar las causas de esta maldita crisis.

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Mi amigo y compañero Rafael Patero(q.e.p.d), gran entendido en la cuestión, decía que las subidas de la bolsa le gustaban cuando se efectuaban paso a paso, pues cuando subían de forma fulminante las temía más que a las embestidas de un toro. Esto es lo que ha pasado con la economía, su relanzamiento ha sido excesivo y rápido, y al gobierno le ha cogido de improviso. O si no, nos ha engañado por miedo a perder votos. Como consecuencia, al no haber capote que parara la embestida, el cornalón que hemos sufrido, según los médicos de la plaza, es de extrema gravedad.

Las causas han sido varias y complejas y todo lo que es complejo conlleva dificultad y tiempo en su resolución.

La especulación ha invadido todos los campos: el valor del suelo, la industria del automóvil hizo su agosto, los bancos daban créditos como churros sin garantías, los clientes firmaban sin leer la letra pequeña, los políticos se subían los sueldos a discreción, los empresarios tenían sueldos siderales, los bares, restaurantes, etc. redondearon el billete de 100 pesetas al euro (166 ptas.), el café pasó de valer 50 ptas. a 200(1.20euros), las segundas viviendas se compraban en proyectos, los agricultores abandonaron el campo y se fueron a la costa para ganar más, el pan subió un 50%... en fin para qué seguir, todo subió escandalosamente y el euro circulaba a todo trapo porque no se le daba valor en esa época de inflación.

¿Qué pasó luego? Llegamos al borde del abismo y como un castillo de naipes,caímos al vacío, en rappel pero sin cuerdas. El consumo había sido excesivo para nuestro patrimonio y reservas, las viviendas no se vendían pues las ofertas superaban a la demanda, los stocks de coches se agolpaban, las cementeras y ladrilleras no recibían pedidos, las hipotecas no se pagaban, las letras eran devueltas y buscar trabajo era más difícil que encontrar una aguja en un pajar. La crisis aumentaba dejando muertos por las cunetas y el ama de casa que solía meter en el carrito la compra y al hijo de dos años, ahora mete la compra, el pequeño, uno de 4 años y otro de 5. ¿Cuánto durará esta situación? Me temo que mucho si el gobierno no cambia de estrategia.

Creo que la solución está en darle al euro su verdadero valor y que las cosas adquieran su cotización real. El globo hay que desinflarlo, y para ello hay que consumir con mesura, trabajar más y mejor para poder competir, congelar los sueldos, apretarse el cinturón, quitar gastos superfluos e inyectar fondos para las concesiones de créditos a las pequeñas y medianas empresas de garantía, acompañado todo ello de una bajada de impuestos.

Luis Aranda de Carranza. Algeciras.