MEJORA. La calle Barja ha quedado más elegante y espaciosa tras sus arreglos.
Jerez

Más bonita si cabe

Las obras de reurbanización de la zona de la plaza de San Miguel y la calle Barja ya tienen el beneplácito de los vecinos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La calle Barja y la plaza que da paso a la iglesia de San Miguel han sido sometidas en los dos últimos meses a una intervención integral de mejora. Están un tanto extrañas ahora, sin que esto le reste un ápice de belleza al lugar. Si cabe, la calle que se estira hasta llegar a la iglesia más suntuosa de la ciudad está más bonita y elegante.

Algunos viandantes todavía andan descubriendo la solería y las lucecitas que guían el camino a los coches que bajan hasta Santa Cecilia. Pasar, que no aparcar porque la zona ha quedado sólo para los peatones y el tránsito rodado. «No está mal; me gusta el resultado final», comenta un turista que se nos ha colado. Agrega que «no la he conocido antes de que se hicieran las obras que me comentan, pero sin duda ha debido de quedar mejor que como estaba», concluye.

Mario dice que sí también. «Soy vecino del barrio, aunque no vivo en la calle Barja. Paso muy a menudo por esta zona y la verdad es que ha ganado bastante. El hecho de que no haya aparcamientos para vehículos le ha dado a la calle más espacio para el disfrute de todos. Además, las aceras estaban casi invadidas por los coches que tenían la costumbre de aparcar sobre los bordillos, no dejando apenas espacio para los peatones», comenta.

La plaza

La plaza de San Miguel ha quedado coqueta. Ahora hay una pequeña fuente y unos bancos para sentarse. Soporte perfecto para deleitarse con la maravillosa torre-fachada que hiciera Diego Moreno Meléndez a finales del XVII. Un estilo tan peculiar que ha sido definido como plateresco-viñolesco. Una señora llega por la calle Santa Clara. Inmediatamente comenta que «ya era hora de que se hiciera algo en esta zona tan antigua de la ciudad. La verdad es que ha quedado precioso. Quizá demasiados postes bajos. Veremos a ver si por la noche nos tropezamos con algunos. Pero a mí me ha encantado», comenta.

Parece que en este caso existe consenso y buenos pareceres. Los naranjos, de camino, también han sufrido una poda un tanto exagerada. Cuando sus copas vuelvan a dar sombras, la estampa jerezana quedará para un cuadro.