CALLE PORVERA

Celebrada por todos

La Navidad no deja indiferente a nadie. Está claro que sus defensores y detractores llegan a estas fechas con sensaciones diferentes, pero al fin y al cabo comparten el hilo conductor, que no es otro que la celebración de un acontecimiento religioso que adquiere otras dimensiones más mundanas desarrollada con el paso de los años.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Excepto en época de rebajas, que ya están como dice aquel a la vuelta de la esquina, el fervor consumista nunca despliega más sus tentáculos que en estas semanas, independientemente de la situación económica que atraviese la población, porque llega el momento de tener un bonito detalle con los más allegados, aunque haya que vaciar el poco o mucho capital acumulado en los bolsillos.

Los defensores de la Navidad argumentan que es el momento más familiar del año, se alegran de ver las calles iluminadas con numerosos adornos, con una constante circulación de personas que dan vida al centro de la ciudad. Aunque haga frío, que lo hace, pocas personas no se lían la manta a la cabeza y aprovechan la festividad para salir más de lo costumbre a celebrarlo con amigos, familiares, compañeros del trabajo o vecinos, buscando aquella zambomba que le gustó el año anterior, visitando las tiendas para encontrar el regalo perfecto o simplemente tomándose una copa en algún bar.

Los detractores, en cambio, achacan a esta época el estrés que les produce tener que realizar los largos peregrinajes por los diferentes establecimientos comerciales pero lo cierto es que conozco a pocas personas que le hagan un boicot y dejen de salir.