«Espero que mi defendido no pase más de 10 años en la cárcel»

El pasado 20 de octubre perdió la vida, supuestamente a manos de su pareja, la última víctima de violencia de género registrada en Jerez, la ciudadana china Li Wei Zhaouquin. Poco más de un mes después, su presunto agresor, Jin Jan Dong, permanece en la cárcel de Puerto II a la espera de que se celebre el juicio. Mientras tanto, el abogado del recluso, Agustín Velloso, se encuentra inmerso en la elaboración de una defensa cuyas principales bazas serán los atenuantes de enajenación mental transitoria y estar bajo los efectos del alcohol en el momento de los hechos.

Como explicó ayer el letrado, en el caso de que se impute a su defendido un delito de homicidio y no de asesinato, cuyas penas dependiendo de la calificación oscilan entre los 15 y los 20 años, la defensa alegará los atenuantes expuestos anteriormente, con lo que «en el mejor de los casos le caerán 15 años que podrían quedarse en 14 finalmente, así que espero que no pase más de diez años en la cárcel». Para llegar a este punto, no obstante, primero el Instituto Anatómico Forense de Cádiz tiene que aportar un informe médico sobre la víctima, algo que aún continúan esperando las partes.

Este documento podría no beneficiar al acusado, si con él se demuestra que en el crimen concurrieron las circunstancias de premeditación o alevosía, lo que inclinaría la balanza a favor de la imputación de asesinato. La fase de instrucción del procedimiento, de cualquier forma, está supeditada a la recepción del informe que podría producirse a lo largo de la presente semana, tras lo que la Fiscalía tendrá que calificar los hechos y ya se definirá con mayor claridad el tipo de delito que se va a juzgar.

Dificultades

Velloso, por su parte, lamentó que la falta de recursos económicos de Dong suponga un impedimento a la hora de llevar a cabo su trabajo, ya que lo ideal para él sería contratar a un psiquiatra externo al Juzgado de Violencia de Género, donde se incoa el procedimiento, para que realizara un examen a su representado que corroborase el trastorno que el letrado alegará en su defensa.

En lo que respecta a la víctima, sus restos descansan en el cementerio de La Merced tras ser incinerados, después de haberse realizado un minucioso examen forense. El marido de Zhaouquin, residente en China, fue quien viajó hasta Jerez para hacerse cargo del cuerpo. Como se recordará, la joven murió por estrangulamiento y su cadáver comenzó a ser descuartizado presuntamente por su pareja, cuando aparecieron unos compatriotas que denunciaron los hechos.