Opinion

Desmemoria

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o sé qué ocurre últimamente que no acabamos de ver claras las verdaderas intenciones de nuestro Gobierno. Por una parte sí, pero por la otra no está tan claro. Véase, por ejemplo, su actitud con respecto a la memoria histórica, cuya ley para recuperarla no alcanza a recuperarla del todo. ¿Hay alguien que honestamente entienda el odio feroz que se ha desatado contra el juez Garzón? Los insultos de la extrema derecha ya los entendemos, son su forma de hablar heredada vaya usted a saber de quién, pero hay voces que siempre nos parecieron sensatas que han aprovechado esta ocasión para desatarse y descontrolarse. Y sin embargo, condenar el fascismo del régimen franquista y a su fundador es lo más natural, a poco fiel que se sea con la ética y con la Historia. De todas maneras el parón que ha creído provocar el fiscal, y que se ha empujado con el aplauso silencioso de la derecha más reaccionaria, no habrá servido para lo que se proponía, sino que habrá mucha más gente que exigirá saber y conocer lo que fue el golpe de Estado y la sangrienta dictadura, y serán muchos más los que se unirán a la voluntad de conocer el paradero de tantos asesinados por no compartir las ideas del dictador y de sus secuaces. Y no me extrañaría que ese afán de rescate de nuestra Historia se extendiera a la de los años en que millones de españoles emigraron a otros países por tierra y por mar, igual que lo hacen ahora los subsaharianos, los marroquíes, los de la Europa del Este, los chinos, los indios o los sudamericanos, en busca de trabajo y con él de una vida digna. Y es que los españoles somos tan olvidadizos, tenemos tan poca práctica en el arte de recordar que nos hemos creído de verdad que nuestros padres nacieron archimillonarios, con varios coches en la familia y acciones en la Bolsa, y por esto nos atrevemos a despreciar a los inmigrantes de hoy como si vinieran aquí a quitarnos el pan y la sal. Nada hay peor que la incultura, y la incultura se nutre de la desmemoria. Ésta es la razón por la que tantos reaccionarios defienden y fomentan el vacío histórico para que la incultura que nos alimenta, nos haga también como somos, extremadamente manipulables.