El gasto familiar

Según los que saben de estas cosas ha sido la Banca la culpable del hundimiento de la bolsa y, de camino, de la vida familiar que ha congelado sus gastos. Estamos en noviembre y hace frío en muchos hogares españoles. Menos, sin duda, del que padecen los inmigrantes que no tienen hogar. El Banco de España advierte que no es este el momento apropiado para descontrolar el déficit y nos insinúa que podríamos entrar en recesión hasta final del año próximo. Hay diversas opiniones sobre la extensión del túnel. La más pesimista es la del ex presidente Aznar, que insinúa que el recorrido por la oscuridad puede alcanzar los diez años, que si bien se mira es mucho tiempo y más para los que tenemos muy escasas posibilidades de verlo por mucho que miremos.

Como el presente es «una poderosa divinidad», lo que nos preocupa es el día de hoy, en el que por cierto hay que hacer la comprar para mañana. La familia unida tiene más probabilidades de seguir unida si come junta. Nada favorece más la institución que el hecho de que no puedan emanciparse los hijos y ahora abundan los becarios, antes llamados meritorios, con más de treinta años.

Algunos de ellos, cuando reúnan los méritos suficientes, tendrán derecho a disfrutar de una beca en un sitio menos ruidoso, donde no importan las ganancias porque se habrán ganado el derecho a descansar.

Otros augurios, formulados por adivinos que han estudiado economía, nos adelantan que el plazo hasta que podamos levantar cabeza y meternos la mano en el bolsillo no será breve. Eso quiere decir que irá para largo. «Podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo, eso es imposible». A algunos no nos desanima nadie. Tenemos una psicología de supervivientes y podemos ser derrotados, pero no vencidos. Así que recuerdos a la familia.