Economia

Los trabajadores de Nissan radicalizan sus protestas

Los 1.288 despidos pretendidos por la marca antes de fin de año elevan el malestar entre los empleados

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La tensión y el malestar de los trabajadores de Nissan en Barcelona acumulado en los últimos días dieron paso ayer a la rabia. Más de un millar de empleados del fabricante automovilístico protagonizaron una marcha que concluyó con violentos incidentes ante la sede de la multinacional.

El acristalado edificio de Nissan sirvió de blanco para piedras, huevos, bengalas, botellas y hasta vallas. Era la respuesta más visceral al expediente de regulación de empleo presentado el lunes por la marca ante el departamento de Trabajo de la Generalitat de Catalunya. Un plan que contempla 1.288 despidos antes de fin de año, y otros 392 en septiembre del próximo ejercicio.

La marcha de los trabajadores comenzó pasadas las once de la mañana en la Plaza de España. Los gritos y acusaciones a la multinacional se fueron intensificando a medida que la cabecera de la manifestación se aproximaba a la sede corporativa. Llegados a a ese lugar, se desató la furia.

Lluvia de objetos

Llovió de todo y, a pesar de la violencia que se vivió, no hubo que lamentar ningún herido. Los Mossos d'Escuadra controlaron con prontitud la protesta, que se disolvió en pocos minutos. Entre los más violentos se encontraban también algunos individuos con poco o ningún aspecto de obreros de la automoción.

Los manifestantes cargaron contra las instituciones políticas catalanas y nacionales, a las que reclamaron amparo ante los planes de la marca. Y recordaron que los despidos en Nissan se suman a los de muchas empresas auxiliares que dependen casi en exclusiva de ella.

Pero la multinacional lo tiene más que claro, y ha insinuado que si los trabajadores no se avienen al ERE, las propias instalaciones barcelonesas y otros lugares de Cataluña corren un serio peligro de desaparecer en el corto plazo.

La necesidad de adecuar la producción para competir con otras plantas es el argumento central de Nissan, que aduce en su comunicación a la Generalitat causas «organizativas y productivas» para justificar los despidos.

Nissan no es la única marca de coches que atraviesa serios problemas. General Motors ha caído en Bolsa a niveles de hace más de sesenta años al reconocer, sencillamente, que no tiene dinero.

La empresa, que recortará 5.000 empleos, ha pedido una inyección de liquidez al nuevo presidente norteamericano, Barak Obama.