CONVOCATORIA. El presidente del Gobierno anuncia que convocará a partidos, sindicatos, empresarios y entidades financieras para preparar el encuentro. / REUTERS
ESPAÑA

Zapatero preparará con Rajoy y los sindicatos la cumbre de Washington

Da las gracias a Bush y Sarkozy y anuncia que defenderá más control para el sistema financiero

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José Luis Rodríguez Zapatero preparará con Mariano Rajoy, los sindicatos, los empresarios y especialistas financieros la cumbre de Washington del próximo sábado. Apenas horas después de que Francia y la UE confirmaran que España ocupará una de las sillas reservadas al bloque europeo, el presidente del Gobierno se apresuró ayer a llamar al líder de la oposición para fijar un encuentro la próxima semana a fin de recibir las «sugerencias» del Partido Popular e «intercambiar» impresiones sobre la reforma de las instituciones financieras mundiales.

Ronda

El jefe del Ejecutivo explicó que mantendrá una «ronda de contactos» con los interlocutores sociales, los representantes de las «principales entidades financieras», 'sabios' económicos y Rajoy, al que telefoneó a primera hora de la mañana de ayer para cerrar la cita, que, a la espera de ajustar las agendas, todavía no tiene fecha.

Rodríguez Zapatero, que convocó de urgencia a los medios en los jardines de La Moncloa, se mostró radiante tras conseguir plaza en el encuentro de Washington con voz y voto. «Se ha reconocido la realidad de España, su peso político y económico, su modernización y su capacidad de interlocución», explicó el presidente, quien insistió en que «era lógico que la comunidad internacional nos reconociera como una potencia». «Después de 30 años, hemos demostrado que cuando nos dejan ser libres y vivir en democracia somos capaces de ponernos al nivel de los mejores, recuperando el tiempo perdido». «España ahora va a estar», dijo exultante. «Todos debemos sentirnos satisfechos. No era fácil», apostilló el jefe del Ejecutivo.

Y quiso borrar cualquier sombra de duda sobre supuestas contraprestaciones a Francia por ceder una de sus dos sillas en el encuentro de las potencias mundiales. Defendió la presencia de España por méritos propios. «España va a Washington como lo que es, la octava potencia económica y la séptima en sistemas financieros. Vamos exactamente igual que todos los que van a acudir», subrayó.

«Amigos de España»

El presidente no se olvidó de agradecer a Nicolas Sarkozy, a George W. Bush y a la Unión Europea su «compresión» y, sobre todo, su «apoyo» para que España no falte a la cita «crucial» del G20, en la que se «abre una nueva etapa» en la economía internacional. Los dirigentes de Estados Unidos y Francia, dijo, se han comportado «como amigos de España».

Tras la invitación a Washington, el presidente ya se marcó nuevos objetivos: la presencia permanente en el G20. Dejó la puerta abierta a defender la reforma del formato de este foro, así como el del G8 o el del G13. Pero, sobre todo, hizo hincapié en que España ha llegado para quedarse. A partir de ahora, el Ejecutivo trabajará para «consolidar nuestra posición como actor global relevante». «Hay que seguir sembrando para obtener frutos y consolidar este reconocimiento». «Es un primer paso de extraordinaria importancia», recalcó.

Insistió en que el próximo 15 de noviembre se abrirá una «nueva etapa» en la que «lógicamente también habrá que evaluar los grupos que existen y los formatos». «España está convencida de que tiene que tener un papel relevante, ese papel empieza en la cumbre de Washington y es un papel por el que vamos a seguir trabajando en cualesquiera de los modelos que se conformen», garantizó.

Transparencia

El presidente adelantó las grandes líneas que defenderá en el encuentro internacional. Explicó que el objetivo del Gobierno será exigir la «máxima transparencia y supervisión» de las entidades financieras. Según Rodríguez Zapatero, la prioridad ahora del G20 debe ser terminar con los «espacios vacíos y las sombras» en el control de los sistemas de financiación. Para ello, como mejor aval de España, presentó la «experiencia» del país en la supervisión de las entidades de crédito.

Reiteró que el Ejecutivo quiere que de la reunión de Washington salga «una supervisión y regulación muy exigente» para el sistema financiero, tal como ocurre con otras «actividades empresariales» que, recordó, ya están sometidas a una «legislación rigurosa». Washington, según el Gobierno, debe devolver la confianza a los mercados, a los inversores, a los ciudadanos y a la economía. «Tiene que haber seguridad para todos», recalcó, porque «como se ha demostrado, si un sistema financiero entra en crisis tiene un impacto sobre toda la economía».

Pero Zapatero también abogó por abrir debates más sociales en la cumbre para crear «un futuro más previsible, más ordenado, más controlado y más justo». En este sentido, citó cuestiones pendientes como la lucha contra el cambio climático y la pobreza, así como relanzar la Ronda de Doha sobre comercio mundial. «Además de la reforma del sistema financiero, están presentes equilibrios políticos, económicos, sociales y medioambientales» que hay que potenciar «para que en las próximas décadas tengamos un horizonte más racional, justo y equilibrado», señaló.