UNA MUESTRA. Algunos de los artículos de mimbre artesanal en la tienda Anandres.
Jerez

Los últimos tesoros del mimbre

Anandres es uno de los pocos comercios donde todavía se mantiene la venta de mobiliario en mimbre totalmente artesanal

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Andrés Baro lleva años dedicándose al comercio del mobiliario de mimbre. Trabajo artesanal que parece tener los días contados. «El plástico con el aluminio -un sucedáneo del mimbre- junto con la gran exportación de países como Taiwán, China o Tailandia, llegarán a ahogar nuestro artesanado español», comenta Andrés.

Una de sus tiendas está en el alto de la cuesta del Palenque, justo en la zona donde acaba la calle Zarza. «Aquí también pagamos impuestos. Lo que no sé bien es para qué sirve, puesto que siempre hemos estado como olvidados», comenta nuestro hombre. A la calle le falta un buen repaso de alquitranado y un acerado en condiciones, pero parece que este rincón jerezano cuenta poco para los munícipes.

Al entrar en la tienda, el cliente se puede pegar todo un paseo por el mimbre artesanal de producción nacional. Sillones, cunas, bombos para la ropa y un marco con espejo son algunos de los detalles en mimbre que Anandres propone a su público. «Nuestro clientes saben valorar lo que tenemos. Estas piezas están totalmente hechas a mano, con un tiempo y un esfuerzo que tiene su costo. Por eso, esto no se puede comparar con el mueble convencional de madera», comenta mientras nos enseña el género.

La industria española ha sido prácticamente devastada por el comercio oriental. «Yo también tengo cosas que vienen de China. Mucho más barato, pero no tiene ni punto de comparación en calidad y en materiales», subraya. El mimbre o la caña son los materiales que se usan para este tipo de artículos tan resistentes que «bien pueden durar un mínimo de veinte años si se les da mucha leña. O sea, es durísimo y muy resistente». En cuanto a la anea o el esparto, están ya prácticamente extinguidos. Artesanado desaparecido.

El sector del mimbre está más o menos en las mismas condiciones que la zona de la cuesta del Palenque. De desear sería que tanto calle como artesanado se revitalizaran por la belleza que ambos ámbitos poseen.