FIESTA. Los bandoleros celebraron, por todo lo alto, la boda del Tempranillo y María Jerónima.
Sierra

La Sierra es territorio de bandoleros dos siglos después

La lluvia resta algo de público a la segunda Recreación Histórica de 1832 aunque no logra deslucirla

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Grazalema ha retrocedido 176 años en el tiempo para volver a la época en la que los bandoleros formaban parte de la cotidianeidad del municipio, el año 1832. Una transformación que cuenta con la colaboración activa de medio pueblo, literalmente, y 22 asociaciones y colectivos de vecinos. La plaza de los Asomaderos se convierte en la puerta del tiempo y nos traslada a la Grazalema de principios del siglo XIX. En ella se podían observar gran parte de los oficios de la época, como la elaboración de las típicas mantas grazalemeñas, al tiempo que se disfruta de las recreaciones.

El estruendo de los trabucos, el olor a pólvora, el sonido de los caballos y las vistas de los ropajes de la época evocan y trasladan los dos siglos que la celebración te hacen retroceder. Este clima ayuda a involucrarse en el retroceso y terminas temiendo el paso de los ajetreados caballos que llevan a los bandoleros y sientes que formas parte de las huidas por la Sierra.

La jornada de ayer estuvo marcada por la presencia de la lluvia que dificultó el paseo por el pueblo decimonónico, además de restar algo de público sobre lo esperado, pero que no evitó que la plaza de los Asomaderos estuviera muy animada con cientos de visitantes que disfrutaron de los espectáculos flamencos, las fiestas bandoleras, las representaciones y la buena comida serrana que acompañaba los momentos de convivencia en el poblado histórico serrano.

El día comenzó con el anuncio de la boda de El Tempranillo con una bella mujer del lugar, María Jerónima, por parte del pregonero, que interpretaba el cura párroco de Grazalema, y también proclamó la ejecución del preso. El mismo fue liberado, posteriormente, por una partida encabezada por El Veneno, José Augusto Chacón y Justo Fernández. La ceremonia del enlace de El Tempranillo, siguiendo la liturgia de la época, fue oficiada por los dos actores que hacen de sacerdote, Joaquín Ramón Gómez, actual alcalde pedáneo de Benamahoma, y José Manuel Miranda Barcada.

La tarde-noche dejó las escenas más emotivas de la Recreación, ya que el pueblo fue iluminado por antorchas mientras El Tempranillo llevaba a caballo, y entre sus brazos, a su esposa muerta tras el parto, con las ropas manchadas por su sangre. Sobrecogedores fueron los gritos de la madre de la joven que lamentaba la muerte de su hija, al tiempo que anunciaba venganza contra los culpables del asesinato.

Hoy

Hoy se celebrará el bautizo del niño, se continuará con los asaltos a los viajeros en la ficción y también se llevarán a cabo atracos y secuestros a visitantes, a manos de los bandoleros. Todas estas actuaciones se encuentran acompañadas de actuaciones flamencas.

Otro de los valores principales de la Recreación es la rica y excepcional gastronomía serrana que se puede disfrutar durante los espectáculos. Platos como las migas de la Sierra, la carne de toro guisada, el potaje de garbanzos, la sangre encebollá o las manitas de cerdos, entre otros, hacen las delicias del visitante.

La Grazalema de 1832 que se ha creado, un pequeño poblado en la Plaza de los Asomaderos, se encuentra perfectamente ambientada y cuenta con todo lujo de detalles. El espacio cuenta con bares, casa de la abuela, espacios para las ovejas merinas e incluso una vaca y, por tener, tiene hasta un cementerio de bandoleros, a la entrada del poblado. Las 27 casas sirven, además de para beber y comer, para ver cómo era una escuela de la época o cómo se hacían las famosas mantas de Grazalema o los quesos, etc.

sierra@lavozdigital.es