ESTUDIO. Olivier Blanchard, economista jefe del FMI, durante su comparecencia de ayer. / EFE
Economia

El Fondo Monetario Internacional augura una lenta recuperación para España

El desempleo doblará el año que viene la media de los países europeos

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En el borrascoso horizonte que dibujó ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe semestral sobre «Perspectivas de la Economía Mundial» no hay días soleados para casi ningún país desarrollado del hemisferio occidental, pero España comparte las nubes más negras de Europa, junto con Italia, Reino Unido, Irlanda e Islandia. «Vienen tiempos difíciles», advirtió Olivier Blanchard, director del informe.

El año próximo casi todas las llamadas economías avanzadas tendrán un crecimiento cercano a cero o por debajo de cero, adelanta el documento. Entre los últimos se encontrará España, que después de 14 años consecutivos de crecimiento económico se enfrenta al 2009 con una previsión negativa del -0,2% que la pondrá oficialmente en recesión. El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero todavía no quiere aceptar esa realidad y habla simplemente de «frenazo», al mantener su estimación de un PIB positivo del 1%.

«A España (la crisis) le dará más duro que a otros países europeos debido al boom inmobiliario que el país ha experimentado», alertó en conferencia de prensa Jörg Decressin, jefe de división del Departamento de Investigaciones del FMI . «Por fortuna durante los buenos tiempos el gobierno español ha puesto en marcha una política fiscal fuerte que ahora le deja espacio para maniobrar y apoyar la economía, que es lo que ya ha hecho», aplaudió el economista, que calificó la política fiscal española de «ejemplar» y la puso de modelo. «Mirando hacia adelante, nuestro consejo a otros gobiernos europeos es que utilicen el espacio que les deje su situación fiscal para apoyar a los sectores financiero e inmobiliario como necesiten, al igual que los planes que anunció España antes de ayer en este sentido».

Los halagos no evitarán la cruda realidad. Decressin se escandalizó ante un pequeño grupo de periodistas españoles del «fenomenal» boom inmobiliario experimentado por nuestro país, que en su opinión ha sido incluso mayor que el de EE UU, sólo que afortunamente se ha producido en un ambiente económico más sano donde no existen las infames hipotecas subprime, la población mantiene una tasa de ahorros del 8,9% de su renta -EE UU es negativa- y el gobierno no se ha endeudado. Con todo, el economista concedió que el ajuste en España será más largo que en el resto de Europa, y la salida de la crisis «gradual», que es un eufemismo de lenta.

Eso se palpará en la calle con un repunte del paro, que el año pasado fue de 8,3%, este año saltará al 11,2% y el que viene al 14,7%, el doble que la media europea y cerca de los peligrosos índices de los años noventa. Será, con mucho, la más alta de la eurozona, lejos del 7% que registrarán otros países en recesión como Irlanda.

Burbuja inmobiliaria

Por contra, lo peor de la inflación ya lo estamos viviendo. Según las previsiones del FMI España acabará el año con un 4,5% de aumento, en comparación al 2,8% del 2007, pero para el año que viene sólo augura un 2,6%

No hay recetas para atajar esta crisis del ladrillo «empeorada claramente por la financiera», señaló el director del informe, sin que eso quiera decir que hay que cruzarse de brazos. «Es demasiado tarde para evitar la desaceleración, pero las políticas coordinadas podrían evitar escenarios peores».

Olivier no fue capaz de explicar por qué los mercados siguen cayendo mientras los actores económicos de todos los gobiernos se esfuerzan cada día por encontrar una nueva tabla de salvación. Su interpretación de este «escepticismo» pero obvio es que a ojos de los mercados el impacto de la crisis sobre la economía real será mayor de lo esperado, y el paquete de ayudas, insuficiente.

No todo era negativo. Países como Canadá, Australia y Nueva Zelanda parecen estar navegando bien la crisis, y el resto puede empezar a salir en la segunda mitad del año próximo, a excepción de los especialmente golpeados, como el nuestro, que pagarán cara la burbuja inmobiliaria.