A LA FUERZA. Una gitana abandona un campamento desmantelado por los Carabinieri, en Nápoles. / AP
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El Gobierno italiano dice que los gitanos huyen a «la permisiva España»

El ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, de la Liga Norte, ha analizado en una entrevista la marcha del polémico censo de gitanos que realiza su Gobierno. Polémico porque incluye las huellas digitales, que a los italianos no se piden, y es un caso único en Europa de identificación de un grupo racial. No obstante, tras el revuelo inicial, la UE aceptó las explicaciones italianas: alegaron que era sólo un modo de poner en regla a una población difícil de controlar, también por lo que respecta a la escolarización de menores, y para acabar con caóticos asentamientos urbanos. En su conversación con 'L'Espresso', que se publica hoy, Maroni señala que por ahora el censo asciende a 120.000 personas. Son 20.000 menos de los previstos, según los datos oficiales de su ministerio. Maroni apunta como explicación que algunos «se han ido espontáneamente a la más permisiva España».

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El ministro no ha dado datos precisos -pues sólo había estimaciones previas y por eso hacen el censo-, ni en qué se basa su apreciación de la supuesta emigración a España. En cambio, algunas ONG ya venían señalando que las cifras oficiales estaban infladas. De este modo, el Gobierno podía vender luego que sus medidas habían surtido efecto. Desde que comenzaron las tareas de identificación de la comunidad romaní muchos de ellos decidieron marcharse. Como advirtió la ONG Opera Nomadi, simplemente se alejaban un tiempo para volver cuando hubiera pasado todo. También, en forma de rumor y de impresiones de las ONG, ha circulado la idea de que algunos iban al extranjero, y se citaba España como uno de los destinos.

Lo mismo ocurre con las prostitutas tras la campaña abierta en Roma por el alcalde, Gianni Alemanno. Adelantándose a una próxima ley que prevé prohibir la prostitución en la calle y castigar a sus clientes, Alemanno ordenó despejar las calles. Los primeros días hubo redadas, pero la semana pasada las prostitutas encontraron un truco: ahora se visten de forma normal y así no hay modo de probar que lo son, salvo pilladas en el acto. También en estos círculos se dice que algunas se han ido, y se cita España. Alemanno salió ayer en la televisión muy ufano para anunciar que ha terminado con la prostitución en Roma.