Economia

El Congreso rechaza contra pronóstico el plan de rescate financiero ideado por Bush

Estupefacción entre inversores y el Gobierno ante la negativa a aceptar la propuesta

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Tras mantener a los inversores con el corazón en un puño durante toda la mañana, los legisladores bipartidistas del Congreso de Estados Unidos no consiguieron aprobar el plan rescate de 700.000 millones de dólares para Wall Street, dejando a los inversores y a la administración Bush estupefactos. Las continuas plegarias del presidente de Estados Unidos, George Bush, y los líderes de la Cámara Baja, no surgieron efecto pese a las continuas amenazas de que la falta de intervención supondría un duro golpe para la economía del país.

«Obviamente estamos muy defraudados por el resultado», explicó el portavoz de la Casa Blanca, Tonny Fratto en nombre del presidente, George Bush. «No hay duda alguna que el país se enfrenta a una difícil crisis que necesita ser solventada cuanto antes», añadió. Sin embargo, sus palabras de enfado borraron las esperanzas mostradas por el Gobierno minutos antes de la votación cuando él mismo afirmó que «tendremos los votos suficientes para aprobar esto, estamos seguros».

Reunión

Mientras el sector financiero intentaba digerir la noticia, el portavoz de la Casa Blanca informó de que el presidente de Estados Unidos, George Bush se reuniría con su equipo a lo largo de la tarde del lunes y se mantendría en contacto con los líderes del Congreso.

La portavoz de la mayoría demócrata en el Congreso, Nancy Pelosi, no pudo evitar su disgusto al reconocer que «la legislación ha fallado, pero desgraciadamente la crisis sigue con nosotros».

Sin embargo, hay que destacar que los legisladores más conservadores se sintieron muy ofendidos tras el discurso ofrecido por Pelosi minutos antes de la votación, en el que la portavoz demócrata atacó ferozmente las políticas económicas de Bush además de la ideología de los republicanos por su evidente «falta de supervisión, de disciplina, de regulación» en los mercados financieros.

El presidente del Comité de Servicios Financieros del Congreso, Barney Frank, hizo una dura crítica contra los republicanos por oponerse al plan «porque alguien ha herido a sus sentimientos». A cambio, «se han propuesto castigar a toda la población», sentenció. Además, ante las dudas sobre qué pasará a partir de ahora, Frank dejó claro que «estamos preparados para seguir trabajando en este asunto».

En un intento por evitar una masacre de pérdidas sobre los parqués estadounidenses, el candidato demócrata a la presidencia de EE UU, Barack Obama, manifestó su confianza en que la medida todavía podría lograr el aval del Congreso pese a su rechazo inicial y llamó a los mercados a mantener la calma.

Desde primera hora de la mañana, tanto legisladores demócratas como republicanos mostraron su oposición a la ley de rescate. El legislador republicano de Michigan, Thaddeus McCotter, puso de manifiesto el descomunal coste de esta propuesta y dijo que «se nos ha dado a elegir entre tener pan o libertad, creo que los ciudadanos prefieren libertad y yo estoy con ellos». El legislador demócrata de Ohio, Marcy Kaptur, aseguró que el rescate pretende limpiar los restos de «los crímenes cometidos por Wall Street».

Cabe recordar que Bush compareció ante los medios a primera hora de ayer insistiendo que el plan era una medida «valiente» que restauraría la fortaleza y la confianza de la economía de EE UU. Eso sí, tuvo que aclarar que el plan no solucionaría todos los problemas económicos.

A primerísima hora de la mañana la sesión sobre los parqués estadounidense comenzó aderezada por la noticia de que Citigroup compraría las operaciones bancarias del banco Wachovia, asumiendo una deuda que alcanzaría alrededor de 42.000 millones de dólares.

El acuerdo estuvo avalado por la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC por sus siglas en inglés), que dejó claro que Wachovia no quebró y que el fondo no aportó coste alguno. El presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke, dijo que respaldaba las «medidas oportunas» adoptadas por la FDIC, «que demuestran el inquebrantable compromiso de nuestro gobierno a la estabilidad financiera y económica».

Por otro lado, pese a las quejas de sus inversores, el banco estadounidense Morgan Stanley confirmaba la venta del 21% de su entidad al grupo financiero japonés Mitsubishi UFG Financial por 9.000 millones de dólares, en un intento por calmar las aguas tras su recién adquirido estatus de banco comercial.

Quién sufrió un tremendo golpe en el valor de sus acciones fue Sovereign Bancorp, la entidad estadounidense de la que el Banco Santander posee el 25 %. La compañía dirigida por Joseph Campanelli vio como sus activos se desplomaron un 72.16% por la exposición de su cartera de inversiones a las agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, cuya caída le supondrán un golpe de 1.000 millones de dólares en sus cuentas anuales.