Sorpresa en el Monasterio

os asistentes a la entrega de los premios de LA VOZ que pudieron recorrer por vez primera el Monasterio de la Victoria se sintieron sorprendidos ante la belleza del edificio, de estilo gótico tardío, y la amplitud de su espacio. El monumento que fue el antiguo penal, del que se escapó El Lute, como siempre se recuerda, conserva aún en algunos detalles de su fachada huella de los presos allí recluidos, mientras que en la primera planta se aprecia la traza exacta de las celdas, sus rejas, a veces casi íntegras. Sorprende además la falta absoluta de respeto que los antiguos responsables del edificio tuvieron con su calidad histórico- artística y cómo destruyeron bóvedas y arbotantes alegremente. Tal cosa no pasaría ahora, quiero pensar, o al menos no pasaría desapercibida o no se haría sin que a nadie le importara, de modo que algo hemos mejorado. Pero de alguna manera el Monasterio es un ejemplo terrible de lo que puede hacer el descuido y la falta de aprecio por los bienes culturales. Ahora está en camino de recuperarse en su totalidad,porque está adecuada la planta baja, pero queda mucho tajo para rehabilitar las superiores, y se convertirá en un nuevo punto de referencia para la Bahía.