PINCHITOS MORUNOS

Los Ordoñez

Sería injusto no recordar a Nino Ordoñez, el empresario gaditano fallecido hace unos días. Reconozco que tengo una gran admiración por esta empresa gaditana, la empresa Ordoñez, que siempre ha sabido navegar a favor de las olas y sumarse a las tendencias sabiendo adaptar propuestas de fuera a la difícil personalidad de la Bahía de Cádiz.

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En esta Bahía de Cádiz donde tanto se nos achaca de carecer de gente con iniciativa y de vivir subvencionados no cabe duda de que esta empresa es todo un ejemplo de cómo adaptar los negocios a los tiempos.

Cuando comenzó a hablarse de las pizzas, antes incluso de que llegaran a la ciudad las cadenas del sector, ya funcionaba en Cádiz Nino´s, una cadena formada por esta familia y que servía las pizzas a domicilio con un lema más que original y bueno llame por sabor. Pero los Nino´s no solo resistieron, la unión de otra empresa gaditana con iniciativa, la Bella Italia; la llegada a Cádiz de Telepizza, el gigante del sector, no les afectaron, ya que supieron competir con ellos y hoy en día el negocio se mantiene perfectamente y ha crecido en la Bahía.

Pero para mí la verdadera obra maestra de los Ordoñez, y lo digo como aficionado que soy a lo que es comé, es su cadena de panaderías y pastelerías Don Pan. El escaparate de dulces de la confitería que tienen frente al Hospital Puerta del Mar es de esos que te obligan a pararte y a comprar. Hoy en día, no cabe duda de que esta cadena de pastelerías es la más innovadora de la ciudad y es raro el día en que vas, y mira que voy veces, y no te encuentras una novedad en las vitrinas.

En Cádiz son necesarias las personas con esta visión empresarial, como tuvieron el olfato de situar sus cafeterías en Bahía Sur, con un diseño más que atractivo o como tuvieron la visión de recuperar el mítico restaurante El Español en pleno Paseo Marítimo.

Cádiz es una ciudad que reconoce poco los méritos de los suyos. Tenemos el defecto de la novelería y tendemos a ensalsar en exceso lo que llega de fuera y a minusvalorar lo que tenemos entre nosotros. Por eso no conviene que Nino Ordoñez se vaya de forma desapercibida, porque no lo merece y también hay que destacar el espíritu innovador de su familia, los Ordoñez, que, seguro, seguirán innovando e impresionándonos cada día con el escaparate de durses del Don Pan.