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un claro ejemplo de superación

Óscar Pistorius irrumpió en el panorama atlético con fuerza. Su potente zancada con las prótesis que adapta a sus piernas, le han permitido volar sobre la pista del Nido de Pájaro para convertirse en el mejor velocista de 100, 200 y 400 metros en los Juegos Paralímpicos, que acaban de finalizar en China.

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El joven atleta surafricano es un claro ejemplo de superación, ya que su minusvalía física le ha servido para hacerse más fuerte mentalmente y marcarse retos que hasta hace poco parecían impensables. Pistorius sabe que no tiene rivales entre los paralímpicos por lo que su ilusión es competir en las próximas olimpiadas. El pasado mes de mayo consiguió luz verde para alcanzar su objetivo, que no es otro que estar en los Juegos Olímpicos, cuando el Tribunal de Arbitraje Deportivo le permitió acceder a las pruebas clasificatorias de 400 metros, después de que la Federación Internacional de Atletismo lo descartara en un primer momento. Sin embargo no consiguió la marca mínima y su sueño se fue al traste, aunque después de su exhibición en China ha declarado que su próximo objetivo es estar en Londres 2012.

Lo cierto es que independientemente de que lo consiga o no, sólo puedo sentir que su historia me causa una profunda admiración y creo que debe servir para reconocer el tremendo esfuerzo que realizan unos atletas que tienen muchas dificultades para desarrollar una actividad deportiva y que apenas obtienen recompensa económica y tampoco demasiado reconocimiento moral.

Se podría pensar que su historia está rodeada de márketing y que lamentablemente es una excepción, pues pocos paralímpicos pueden llegar a su nivel. Yo sin embargo me quedo, por ejemplo, con su capacidad para adaptarse a unas prótesis que le habrá llevado años y que incluso algunos califican de ventajosas, sin tener en cuenta que no se trata de una opción que ha querido elegir o no.