Cientos de personas se manifiestan en Madrid para que caigan los 'muros' contra los inmigrantes

Unas 2.000 personas se han manifestado por las calles de la capital madrileña para pedir "un mundo sin muros" que impidan el ejercicio de los derechos de los inmigrantes, y para protestar contra medidas y leyes "criminalizantes" contra la población procedente del extranjero.

La marcha ha puesto fin al III Foro Mundial de las Migraciones que se ha celebrado esta semana en Rivas Vaciamadrid (Madrid). Europa, el supuesto edén laboral para muchos de quienes hoy han salido a la calle, no los acoge bien; a pesar de eso, miles de personas se juegan la vida para llegar a la 'tierra prometida', como los 72 subsaharianos que han sido rescatados por la Guardia Civil en las cercanías de Gran Canaria, a bordo de un nuevo cayuco.

Responsables de sindicatos, asociaciones de vecinos y de inmigrantes y delegados de los noventa países participantes en el Foro han recorrido a pie el camino entre las plazas de Legazpi y Atocha con gritos de "otro mundo es posible" o "ninguna persona es ilegal". Al entrar en la plaza de Atocha los manifestantes han atravesado un simbólico muro en el que rezaba uno de los lemas de la marcha, 'Por un mundo sin muros'.

Previamente, en el Paseo de las Delicias, la marcha se ha detenido para rendir un homenaje a Carlos Palomino, el joven antifascista de 16 años asesinado hace unos meses cuando defendía los derechos de los inmigrantes.

El portavoz del Comité Internacional del Foro, Luis Baseggio, ha explicado que entre las reclamaciones de los manifestantes está su rechazo a la denominada 'directiva de la vergüenza', la Directiva Europea de Retorno de los inmigrantes indocumentados que, según sus detractores incumple los Derechos Humanos.

Manifiestos

Al término de la marcha dos de los delegados participantes en el Foro Mundial de las Migraciones han leído una declaración con la que los colectivos participantes demandaron medidas como la puesta en práctica de la Convención Internacional sobre los Derechos Humanos de los Trabajadores Migratorios y sus Familias y el desmantelamiento del Frontex y de todos los instrumentos legales y policiales que "permiten la detención de las personas migrantes" por el hecho de estar indocumentados.

En el mismo documento, los inmigrantes han rechazado los acuerdos laborales bilaterales de programas temporales de "trabajadores huésped" porque "al impedir el arraigo, propician la sobreexplotación y anulan la posibilidad de reivindicar los derechos". El comunicado también contenía reclamaciones como el derecho al voto en las elecciones municipales o la igualdad de oportunidades.