El comandante Rafael Jiménez ayer en Cádiz. / ÓSCAR CHAMORRO
RAFAEL JIMÉNEZ COMANDANTE DE LA PATRULLA ASPA

«Volar lento es más difícil que hacerlo a toda velocidad»

No le falta un detalle: figura atlética, pelo rapado, mono azul remangado sembrado de escudos y admiradoras esperando para hacerse una foto a su lado. El comandante Rafael Jiménez (Albacete, 1966) es uno de los mejores pilotos de helicópteros del Ejército del Aire y responsable de la coordinación y control de la Patrulla ASPA, que mañana pondrá al límite sus cinco EC-120 Colibrí sobre la playa de Cádiz y que ya ensaya con los suyos acrobacias de locura.

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-Acrobacias con helicópteros. ¿Qué va a ver la gente de Cádiz?

-Pues a diez pilotos volando en un homenaje a Andalucía. Comenzaremos con el despegue Rienda, en honor a María José, la esquiadora, en el que los aparatos simulan un eslálom. Además, llevaremos a cabo la reunión Generalife que simula las formas de los famosos jardines y la Alhambra, todo con música nazarí. Ejecutaremos la retirada España, con la música de Granada, de Albéniz.

-¿Cuál es su acrobacia estrella?

-El despegue Quijote. Cuatro aparatos simulan las aspas de un molino y pasa otro por el mínimo espacio que dejan.

-¿Cuál es la mayor diferencia entre pilotar un avión y un helicóptero?

-La velocidad. La ventaja del avión es que su velocidad es muy alta y la del helicóptero es la contraria: que es muy baja. Excepto el Harrier, ningún avión puede volar de manera estacionaria. Volar lento -estacionario- es más difícil que a toda velocidad.

-¿Todos son profesores?

-Todos los miembros de la Patrulla Aspa somos profesores de vuelo para los pilotos de helicóptero de los tres ejércitos.

-¿Participan también en misiones?

-Estuve en Etiopía en 2004 como observador de Naciones Unidas y enlace aéreo y en 2008 participé en la misión Althea, en Bosnia, mediante aeroevacuaciones médicas. Desde 1995, soy profesor de la escuela de pilotos en la Base de Armilla, en Granada.