Fuego tras los enfrentamientos entre el Ejército y los opositores en el aeropuerto de Cobija (Pando, Bolivia), donde al menos una persona ha resultado muerta. /EFE
crece la tensión en el país andino

El Gobierno boliviano decreta el estado de sitio para la región norteña de Pando por la «violencia desbordada»

LA PAZ/MADRID Actualizado: Guardar
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El Gobierno de Bolivia ha declarado el estado de sitio en el departamento de Pando, en el norte del país, ante la "violencia desbordada" en la región y "un creciente número de víctimas". El presidente Evo Morales ha descartado ampliar está situación extraordinaria a otras zonas siempre que los opositores "cesen sus ataques al Estado". Los disturbios de los últimos días han dejado 16 muertos.

El jefe del Ejecutivo boliviano ha comparecido para anunciar que "si los prefectos (gobernadores) devuelven las instituciones del Estado, si dejan de atentar contra el patrimonio del pueblo que son los gasoductos y las refinerías, no hay por qué pensar en la ampliación del estado de sitio".

Previamente, el ministro de Defensa, Wálker San Miguel, había leído ante los periodistas un decreto aprobado por el Ejecutivo que establece en Pando una situación excepcional de "extrema gravedad" para "garantizar la vida" y "los intereses de la colectividad" en dicho territorio.

"Pando vive momentos de terror y de violencia desbordada" según ha añadido también el ministro de Gobierno (Interior), Alfredo Rada, quien aseguró que se ha cometido una "masacre" en la zona en el enfrentamiento armado entre civiles ayer en la localidad de Porvenir.

El Gobierno ha confirmado que 16 personas han muerto en estos enfrentamientos. A la cifra inicial de nueve fallecidos se han sumado otros siete, cuyos cuerpos se encuentran aún en el monte y las orillas del río cercanos a la zona del enfrentamiento a la espera de ser evacuados, según ha especificado el ministro Rada.

Pando se autoexcluye

La comparecencia de los ministros, que estuvieron acompañados del Alto Mando militar, ha tenido lugar minutos después de que el presidente del país, Evo Morales, recibiera al prefecto (gobernador) de Tarija, Marío Cossío, que ha acudido a La Paz para dialogar en representación del Consejo Nacional Democrático (Conalde) que agrupa a los prefectos -gobernadores- opositores al Gobierno.

Sin embargo el prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, ya se ha autoexcluido del diálogo con el Gobierno de Morales como consecuencia de los choques ocurridos en el aeropuerto de Cobija entre militares que supuestamente iban a imponer el estado de sitio y manifestantes.

El diálogo prosigue mañana

Tras la primera jornada de un diálogo que se retomará mañana con otra reunión en el Palacio de Gobierno de La Paz, en la que podría participar el presidente Evo Morales, el opositor Marío Cossío ha dado por cumplido el primer objetivo de este encuentro. Tal y como reconocía, ese objetivo no era otro que "instalar la apertura de lo que ojalá se convierta en un proceso sostenido de diálogo". Según declaraciones que publica el diario paceño La Razón, el prefecto confía en poder llegar a un "pacto nacional" que permita solucionar los problemas en un escenario de "reconciliación nacional".

Por otro lado, los mandatarios de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) se reunirán el próximo lunes en Santiago de Chile para debatir acerca de la presunta operación golpista que se gestó contra el Gobierno del presidente de Bolivia, Evo Morales, antes de que empiecen a caer más muertos en esta nación. Así lo ha confirmado hoy la presidenta de Chile y de turno de UNASUR, Michelle Bachelet, aunque ya lo había anunciado ayer el presidente venezolano, Hugo Chávez. Como consecuencia de los conflictos, Bolivia y Venezuela han expulsado a los embajadores estadounidenses de sus respectivos países, acusando a EEUU de alentar la división.

Chávez ha ordenado por otra parte la activación de las cinco Regiones Militares Estratégicas de Defensa Integral, poco después de conocerse un supuesto plan de golpe de Estado y magnicidio en el país, y tras el regreso del embajador venezolano en Washington, Bernardo Alvarez. El dirigente venezolano ha ratificado además a los actuales mandos del Ejército y anunció el nombramiento de varios mayores generales, un peldaño del escalafón recién creado.