Opinion

Las tragaperras

Leí con sorpresa en esta publicación el pasado martes la noti cia sobre el incremento del juego tanto a nivel andaluz como a nivel local, debido principalmente a la grave crisis económica que padecemos en este nuestro país y que cada día sigue avanzando. Hace algún tiempo, y en este mismo periódico, escribí una carta con el titulo crisis y ludopatía, en la cual quizás me adelantaba un poco a la información del citado escrito. Pero veo que solo se trata el tema desde el punto de vista de los beneficios que obtienen en este caso tanto el Estado como los propietarios de los establecimientos donde se ubican este tipos de máquinas. Para muestra un botón, de pedir 100 máquinas nuevas en un año, se han pedido hasta la fecha 500; el incremento es notable, y es que los empresarios ven en el juego el filón de donde sacar los beneficios que no pueden obtener por otros medios. Pero se sigue sin mirar a la otra parte, a los enfermos del juego, a los que han caído atrapados en las redes del mismo, quizás por una crisis económica, quizás por su falta de voluntad para controlar el mismo o vaya usted a saber el porque. Cada persona es un mundo y los motivos de la caída en ese mundo son muy diversos.

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Pero el problema está en la cantidad de nuevos ludópatas que, quizás con la excusa de la crisis, van a florecer en poco tiempo. Mi experiencia, como jugador en abstención que soy desde hace más de dos años, me dice que ese cajón de luces y música no va a sacar a nadie de los problemas económicos que puedan tener en estos momentos, si no que, por el contrario, dichos problemas se verán incrementados. Pensemos por un momento en esas personas que se van a jugar la pensión, el subsidio de desempleo o lo poco que les quede para terminar el mes más o menos bien, con la ilusión de que van a obtener el premio de su vida, ese premio que le sacara del atolladero, sin darse cuenta de que están poco a poco hundiendose en el lodo del juego. En ese otro mundo lleno de desconsuelos, mentiras y engaños; en esa otra vida que se suele llevar paralela a la cotidiana y en la que se van estampando cada día más sin ver el final del túnel, pues la ceguera que produce la ludopatía no les deja advertir su hundimiento. Por eso, una vez más, me dirijo a esas personas que piensan que ese cajón de luces y música les va a sacar de sus problemas. Que antes de introducir esa moneda en la ranura de la máquina piensen en los que les esperan en casa, que quizás ese euro no sirva para mucho, pero seguro que por lo menos dará para comprar pan.

Y como siempre estoy a la entera disposición de aquella persona que quiera profundizar un poco más en el tema y que desee salir del mismo. Mi correo esta siempre abierto para ello: otein46@hotmail.com.

Rafael Vilches Nieto. San Fernando