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Un enjambre de Vespas invade El Puerto de Santa María

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El III Encuentro Nacional de Scooters Clásicos arrancó ayer en la Bahía con casi dos centenares de motos, un ambiente familiar y un amplio programa de actos

"Qué fantástico dar vueltas con los pies sobre sus alas" decía una canción facilona y popera de un grupo italiano que, en los primeros años del siglo XXI, cantaba al inmortal encanto de la Vespa. Dos centenares de seguidores se reunieron desde la mañana de ayer en El Puerto de Santa María para formar un enjambre de motos míticas, de esta marca o de Lambretta, que se pasea ya por la localidad gaditana, por Medina Sidonia y por todos los caminos que unen estas dos localidades.

El máximo responsable de la organización, Miguel Pozo, confesaba ayer su orgullo al comprobar la consolidación de la cita. Poco antes de las once de la mañana, y pese a una ligerísima lluvia, los inscritos, con sus motos, ya superaban el centenar. Según se acercaba el mediodía, casi duplicaban la cifra.

La mayor asistencia, según Pozo, se espera para la mañana del domingo, en el aparcamiento de la Plaza de Toros, cuando podrán acudir los que trabajaban el sábado o vienen de más lejos y precisan de mayor tiempo de desplazamiento. Megáfono en mano, Pozo recordaba las condiciones de la inscripción (que incluye los almuerzos en ruta, las actuaciones, los premios y los regalos) al tiempo que repartía las camisetas identificativas. Entre los asistentes destacaban los dueños de las motos denominadas 'racing', decoradas con elementos brillantes y colores muy llamativos.

También abundaban las 'mods', recargadas de espejos y faros, con una estética que recordarán los que hayan visto la película 'Quadrophenia'. La Vespa clásica también llamaba la atención, algunas con más de 50 años desde su fecha de fabricación. Una, denominada Hello Kitty por tener a este personaje en el carenado y ser completamente rosa chicle, fue fabricada en 1968 pero parece sacada del concesionario anteayer por los mimos, los repuestos y las limpiezas que recibe constantemente de manos de su dueño, Antonio Millán, que la decoró así en homenaje a su chica. Sólo se echó de menos alguna con sidecar, que suelen aparecer en este tipo de concentraciones nacionales pero ayer faltaban. También llamaba la atención la estética de muchos asistentes, con cascos clásicos de medio huevo y gafas de aviador.

La de El Puerto, desde ayer y pese a tener sólo tres años de vida, ya es una de las más prestigiosas de España junto a las de Gijón, Salamanca o Madrid. Ni los nubarrones ni el fresco frenaron la asistencia. Poco antes de la una, la caravana de avispas puso sus alas en marcha y tomó el camino a Medina Sidonia, donde los pilotos tenían previsto comer en una venta "como una gran familia, como un grupo de amigos que se conocen hace mucho, tienen contacto frecuente y quedan para pasar un buen fin de semana", detallaba Miguel Pozo.

Esta noche, fiesta en el Milwakee, con la moto en la puerta, música en directo, la cerveza gratis para los inscritos y la prohibición de conducir después. Mañana domingo, en la Plaza de Toros de El Puerto, la gran concentración, los premios a los más destacados, los regalos y la despedida. Será, a partir de las 10.30 de la mañana. Los nostálgicos y los que saben que la Vespa tiene un presente muy atractivo, tienen una cita.