TRABAJO. La era Del Bosque afrontará hoy su primer partido de carácter oficial. / EFE
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El camino hacia Suráfrica arranca en Murcia para los campeones de Europa

Los jugadores de la selección archivan el pasado y asumen que «el futuro hay que ganarselo» desde hoy, ante Bosnia en el primer partido de clasificación

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Bosnia-Herzegovina es el primer adversario en el largo camino de dos años hacia el Mundial de Sudáfrica pero, con todo respeto al rival de turno, los españoles asumen que el principal escollo son ellos mismos. Luchar contra el triunfalismo, frente la euforia del campeón continental, es el objetivo de los hombres de Del Bosque en el inicio de una nueva etapa. Como dice Casillas, proclama Villa, corrobora Puyol y enfatiza Del Bosque, ser rey de Europa no garantiza la presencia en el Mundial. «Hay que aplicarse desde ya».

«El futuro empieza ahora, en Murcia y ante los bosnios», remarcó este martes el pragmático seleccionador. Inicia su andadura en competición oficial ante el mismo rival frente al que se estrenó Aragonés con puntos en juego. Cosas del destino, del caprichoso fútbol. De los mediocres protagonistas de aquella batalla de Zenica (1-1) que abría la senda hacia el Mundial de Alemania sólo quedan Casillas, Puyol y Xabi Alonso.

«No debemos de equivocarnos. El pasado tiene que servir para reforzarnos, no para debilitarnos». Así lo advirtió Del Bosque en la víspera del choque de La Condomina, precisamente donde la anterior España, la del sabio de Hortaleza, marcó un punto de inflexión. Venía de hacer el ridículo en Belfast y tomó oxígeno con el triunfo amistoso ante Argentina en aquel maltrecho césped que destrozó la rodilla al rojiblanco Maxi Rodríguez. Luego llegaría la chirigota gaditana ante Rumania y después nada menos que 23 partidos sin perder, el segundo título europeo y el primer puesto del ránking FIFA.

Un aire nuevo

Pese a que el bloque se mantiene, ya que de los campeones sólo faltan los lesionados Torres, Silva y Marchena, el tercer portero Palop, el zaragocista Sergio García y el madrididista De la Red, la sensación es muy distinta a otras fases clasificatorias. «Se respira un aire nuevo. Se observa en la gente más ilusión que nunca. Es lo que esperábamos hace mucho tiempo», confesaba nada más llegar a la capital pimentonera Iker Casillas.

Tras su sonado éxito en Austria y Suiza, España es más creíble. Se creen ganadores, algo inaudito antaño. Nada de presionarse, de añadir obsesiones a un mundillo en el que la virtud del término medio brilla por su ausencia. «El listón ha subido pero es mucho mejor. Antes la presión consistía en que no ganábamos; ahora, en cambio, queremos seguir acumulando éxitos». El día y la noche, a juicio de Iker.

Todo son sonrisas en el equipo nacional. Se acabaron las lágrimas, las excusas, los lamentos. «Vamos a seguir corriendo igual que antes.

Estamos concienciados de que para mantenernos hay que tener los pies en el suelo, ser cautos y humildes».

Lo dice Iker y lo reafirma Puyol, otro superviviente de tiempos de zozobra. Humildad y sacrificio al cien por cien. «Si no, a sufrir, a perder», reflexiona el azulgrana. El Mundial de Sudáfrica empieza ahora, en Murcia. Sin Silva y sin Torres. Pero quizá con algún extremo joven y punzante como Capel. El toque de don Vicente, el mismo que triunfó en Madrid.