«Es muy difícil llegar cada día aquí en silla de ruedas»
La odisea de José Fernández es diaria. Cada mañana cuando trata de llegar a su puesto de trabajo en el polideportivo Centro Histórico la situación se repite: «La rampa de entrada está mal hecha y además está llega de baches», dice este auxiliar administrativo, mientras trata de mostrar, sobre su silla de ruedas en la rampa, los tres desniveles que acumula la cuesta en tan sólo 15 metros de distancia.
Actualizado: GuardarAdemás, dice «que la inclinación de la cuesta gira hacia la derecha», por lo que cada día las empleadas del pabellón le ayudan a subir a su trabajo, empujando la silla rueda.
No obstante, la otra entrada, por la calle Santa Rosalía, no parece mejor opción: la cuesta acaba en dos escalones de 40 centímetros «sencillamente insalvables» para José.
