El candidato republicano a la Presidencia de EEUU, John McCain, durante su discurso. /AFP
discurso de aceptación de la candidatura presidencial

La calma de McCain clausura la Convención Republicana tras el paso del 'huracán Palin'

El candidato a la Presidencia de EEUU logra con su discurso de aceptación el protagonismo de un evento político marcado por las polémicas revelaciones sobre su mano derecha

SAINT PAUL (MINESSOTA) Actualizado: Guardar
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John McCain ha logrado finalmente el protagonismo en la Convención Republicano, cuando ha pronunciado un mesurado discurso de aceptación de su candidatura a la Presidencia de Estados Unidos, muy distinto del que enardeció a los delegados la noche anterior a cargo de Sarah Palin.

Un total de 200.000 globos con los colores de la bandera de Estados Unidos y mucho confeti han anegado el Xcel Energy Center y su aforo de 20.000 personas, mientras McCain, Palin y sus familias han saludado desde el estrado coreados por una música atronadora. La fanfarria ha contrastado con el tono sosegado que McCain ha usado en su discurso para afirmar que recibía la nominación con "agradecimiento, humildad y confianza".

El candidato ha hablado sobre un estrado que se había modificado por la mañana para darle forma de 'T' y permitirle estar más cerca del público, un formato que él prefiere. Su discurso ha supuesto, como se esperaba, un enorme contraste con respecto al ofrecido por el candidato demócrata, Barack Obama, de 47 años, la semana pasada en un estadio en Denver, donde se congregaron 84.000 personas.

Ha sido también muy diferente, en su tono y su contenido, al de su candidata a vicepresidenta, Sarah Palin, que la noche antes había encandilado al público con un discurso en que arremetió con numerosos sarcasmos contra Obama y en el que, sin entrar apenas en contenido político, se describió como una madre corriente que busca la reforma de los poderes establecidos. McCain, en cambio, ha tenido palabras de elogio para el rival, del que ha afirmado que: "tiene mi respeto y mi admiración".

A vueltas con Vietnam

El candidato ha incidido en la imagen que ha tratado de proyectar en esta Convención, la de un político independiente que no se casa ni con su propio partido y que está dispuesto a una reforma a fondo del sistema."Déjenme ofrecer un aviso a la gente de siempre en Washington, la que no hace nada, gasta mucho, piensa en ella primero y en el país después: se acerca el cambio", ha asegurado McCain .

Ha prometido una alternativa: "extenderé la mano a cualquiera que me ayude a hacer progresar a este país de nuevo", y en una alusión a su tiempo como prisionero de guerra en Vietnam ha insistido en que "tengo el historial y las cicatrices que lo demuestran". El candidato ha abordado también una serie de promesas políticas, entre las que ha incluido "impuestos bajos, disciplina fiscal y mercados abiertos".

El discurso se ha visto salpicado en numerosas ocasiones por los aplausos de los delegados, aunque no ha alcanzado el frenesí que Palin, foco de los medios de comunicación esta semana tras anunciar que su hija de 17 años está embarazada, había logrado en su intervención. En un momento dado, la Policía se ha llevado a una manifestante que trataba de acercarse al estrado con un corsé rosa con un lema a favor del aborto, mientras los delegados la abucheaban y coreaban el lema "USA, USA".

El candidato, que ha hablado durante cerca de 40 minutos, ha estado precedido de su esposa, Cindy, que lo ha presentado como "un hombre verdadero" que sabrá estar "al timón del país". Ataviada con un traje de chaqueta de seda azul turquesa, un collar de perlas de cuatro vueltas y un broche de brillantes con las letras "Navy USMO", ha trazado un retrato íntimo de su esposo, al que ha descrito como "una persona que siempre dice la verdad, cueste lo que cueste". Pero la fiesta ha durado poco para los candidatos. McCain y Palin han partido inmediatamente tras la clausura hacia Michigan, donde mañana abrirán con una serie de mítines la recta final de la campaña.