EXPLICACIONES. Los familiares y los vecinos aún buscan las razones. / R. R.
Ciudadanos

Las familias de los tres desaparecidos no descansan

El naufragio del 'Nuevo Pepita Aurora' acabó con la vida de cinco marineros; otros tres no han sido encontrados

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Eso de que los hombres de mar están hechos de otra pasta no es sólo un tópico. Basta con dar una vuelta por el puerto de Barbate para comprobar cómo, pese a la tragedia vivida hace justamente doce meses, los profesionales del mar son capaces de sobreponerse; pero con matices.

De hecho, en esta localidad pesquera muchos de los familiares, amigos o conocidos de los integrantes de aquella tripulación del Nuevo Pepita Aurora no quieren ni oír hablar de volver a faenar. Aunque no les quede más remedio.

Es el caso de Pedro Fernando Romera, uno de los supervivientes del naufragio aquel fatídico 5 de septiembre de 2007, que a sus 54 años de edad y con más de tres décadas de experiencia en el mar se ha visto obligado a volver a faenar en un barco; de lo contrario, no podría obtener su más que merecida jubilación.

Situaciones como ésta al margen, lo cierto es que las familias de los pescadores que sobrevivieron a la tragedia como las esposas, madres e hijos de quienes perecieron en el hundimiento no han podido olvidar, un año después, lo sucedido.

El portavoz de las familias, Sergio Lebrón, asegura que «todos seguimos igual que el primer día, esperando recuperar los cadáveres de los tres desaparecidos que faltan para poder pasar página de una vez».

Lebrón subraya que «los cuerpos siguen sin aparecer y, aunque las autoridades aseguran que están investigando, para nosotros es insuficiente».

Las familias critican los errores que desde el comienzo se habrían cometido en una operación de salvamento muy cuestionada. Además, exigen que «saquen el barco del agua y el paño de red que está localizado a 136 metros de profundidad», donde creen pudieran estar los cadáveres. Las familias de los desaparecidos quieren tener a los suyos consigo y descansar de este calvario psicológico.

Otra cosa serán las consecuencias penales que pudiera tener el proceso abierto para determinar los grados de responsabilidad que tuvieron en el naufragio el armador del Nuevo Pepita Aurora, el propio patrón, José Vega, o incluso el Ministerio de Fomento por su forma de afrontar el suceso.