La nueva sede del Club Náutico de Gallineras, a expensas del PGOU

Los socios del Club Náutico de Gallineras llevan casi dos años gestionando la construcción de una nueva sede social. Pese a la aprobación en Pleno por los tres grupo políticos mayoritarios de la puesta en marcha del proyecto, la actuación sigue paralizada.

Los trámites ni siquiera han comenzado y los socios del náutico notan cada vez más la necesidad de nuevas infraestructuras para albergar las instalaciones del Club. El edificio actual ya ha sido remodelado en diversas ocasiones con la aportación económica de los socios, pero estos aseguran que un club náutico de estas características y con 650 socios debería ofrecer mejor calidad, y más aún con la futura actuación prevista de ampliación en 1.000 nuevos amarres.

Las conversaciones entre los pescadores deportivos de Gallineras y la delegación municipal de Urbanismo comenzaron en la anterior legislatura. Uno de los socios encargó el proyecto del nuevo edificio social en su oficina de delineantes y este fue presentando y expuesto ante el anterior delegado del área, Fernando Rodríguez. Pero el pacto de gobierno y el consiguiente cambio en la delegación de urbanismo, ha llevado a dejar en el olvido este proyecto.

Aún así a principios de año una moción del Partido Socialista volvió a sacar a la luz las necesidades de los socios del náutico de Gallineras. PA, PP, y PSOE, dieron el visto bueno a la propuesta de poner en marcha cuanto antes la construcción de unas nuevas y modernas instalaciones.

Pero los pasos para hacer realidad el ambicioso proyecto de Gallinera aún no han comenzado a darse. De hecho, las últimas noticias que han recibido los socios es que deberán esperar a la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para comenzar a trabajar.

El presidente del Club Náutico de Gallineras, Domingo González, explicó que «necesitamos un nuevo edificio en consonancia con lo que tenemos en el mar, así San Fernando adquiriría más relevancia en la náutica».

El proyecto realizado en un primer momento por el Club contaría con un edificio de dos plantas. En la zona baja iría el restaurante, similar al que tienen actualmente pero con una amplia cristalera que diera al mar, también el cuarto de marinería, la emisora y el conserje tendrían en esta planta su sitio. La superior estaría reservada para un salón multifunción para las asambleas y cursos de vela, piragüismo y pesca. Al lado se situarían las oficinas, y la sala de juegos y televisión. «Serían unas instalaciones vanguardistas, mirando al mar, que atraerían mucho más a los turistas, sumado al abanico de cursos que podríamos organizar si tuviéramos las condiciones necesarias».