PREFERENCIA. La naranja se coloca por encima del limón. / C. O.
Jerez

La reina de la mesa

Aunque la producción de cítricos podría ser este año superior a la demanda, la naranja continúa siendo una apuesta segura para los agricultores

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El sector del cítrico es uno de los reyes de la provincia. Aunque el limón se deja más en un segundo plano, la naranja constituye uno de los pilares básicos de la producción, siendo una de las frutas de éxito indiscutible en el mercado. Juan Carlo Casas, presidente de la cooperativa de citricultores del valle del Guadiaro, ha informado sobre las previsiones de los profesionales a este respecto, en una temporada que se presenta en un principio sin mayores dificultades.

«Para este año hay mayor producción que el anterior, porque los árboles están más cargados, aunque luego de calidad no sabemos, quizá se quede un poco corta por el calor. Suponemos que será buena, pero ya cómo va a salir al mercado lo desconocemos». El pasado año la producción fue algo menor, lo que implica que el mercado se mantuvo porque no se produjeron estancamientos, pero si se cuenta con un número mayor de cítricos la oferta puede volverse superior a la demanda, con la cantidad de excedentes que ello conllevaría.

No obstante, Casas es optimista cuando afirma que todas las temporadas las cifras son más o menos similares, por lo que una sorpresa mayúscula está prácticamente descartada. La mayor producción de cítricos de la provincia de Cádiz se concentra en el campo de Gibraltar, fundamentalmente en las localidades de Castellar y Jimena, además de Bornos. En el caso de Jerez, se trata de una producción reciente, que no cuenta con más de tres o cuatro años de vida.

Una vez que el árbol alcanza esta edad, comienzan las cosechas anuales, que arrancan a mediados de octubre y se prolongan hasta el mes de junio, con la equivalencia de 40 jornales de recolección por hectárea. Entre una cosecha y otra, los citricultores se afanan en labores de poda y abono, y después de recolectar los frutos proceden a las tareas de limpieza, lo que en la cooperativa conlleva la creación de una treintena de puestos de trabajo. Luego se clasifican y se transportan los cítricos, para llevarlos a los mercados mayoristas.

De la producción total, que en la cooperativa puede rondar los 20 millones de kilos, sólo tres o cuatro de ellos corresponden a mandarinas, mientras que el resto son distintas variedades de naranjas, de las que seis millones se destinarán a la industria del zumo y el resto para mesa. En lo que respecta a los precios, la fruta se paga al productor a unos 20 ó 30 céntimos, mientras que el consumidor puede llegar a abonar en el mercado hasta dos euros.

Aunque ahora se avecina una época propicia en cuanto a la demanda, los agricultores reconocen que en Navidad la venta se resiente considerablemente, debido a la preferencia por otro tipo de productos como los dulces navideños y a la paralización de la actividad en las fábricas. No obstante, los cítricos, y en especial la naranja, son de los alimentos más agradecidos, puesto que el gusto por ellos se mantiene inalterable a lo largo del tiempo.

«Todas las variedades tienen una gran aceptación, especialmente la mandarina. Además, hay muchas clases diferentes, tanto para zumos como para mesa. La naranja temprana, por ejemplo, tiene mucha aceptación en la provincia de Cádiz». Sólo cabe esperar que el producto continúe su tendencia y se logre mantener al alza, por encima de las modas y los cambios de hábitos en el consumo.

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