APUNTE DEL DÍA

Cara y cruz

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l arrebato de ira que condujo al taekwondista cubano Ángel Matos a propinar una patada al árbitro que concedió la victoria a su oponente le va a costar la suspensión a perpetuidad para participar en todas las competiciones oficiales de este deporte. La sanción es adecuada para quien ha vulnerado el núcleo de los principios del olimpismo, que son el juego limpio y el respeto a las decisiones de los árbitros. La otra cara de la moneda en la jornada de ayer, penúltima de los Juegos, la ofreció la gimnasta vitoriana Azucena Cid, que besaba con respeto y emoción el tapiz del pabellón al término de un ejercicio que ponía fin a una carrera de éxitos y esfuerzos que le ha llevado a ser la única gimnasta española en participar en cuatro finales olímpicas. Almudena se va con su diploma y el orgullo de haber dejado muy alto el pabellón.