ACERTADO. David Barrufet tiró de la selección y paró un total de once balones, 58% de efectividad. / REUTERS
BALONMANO

Barrufet lo para todo y lanza a España

La selección se mete en las semifinales, que jugará mañana ante Islandia

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Cada año parece mejor, y ya tiene 38. David Barrufet es simplemente gigante, la mejor defensa que necesitaba España para volver a estar entre las grandes después de varias competiciones flojeando. Con una actuación portentosa, el gran capitán guió a la selección a las semifinales de los Juegos (29-24) después de amargarle la existencia a los surcoreanos, que acabaron desquiciados con tanto ataque improductivo.

Necesitaba España un antidepresivo para alzar el vuelo después de una primera fase horrible. Pésima en la retaguardia, la selección de Pastor merodeaba con un juego opaco, nada que ver con el equipo que conquistó el trono mundial en Túnez hace tres años. Tanto coqueteo con la vulgaridad les pudo costar la eliminación prematura, lo cual hubiese sido un ridículo espantoso en un grupo en el que estaban Brasil y China.

Pero importaba sólo el día 20. Siempre es el de los cuartos el encuentro más relevante de cuantos se juegan y España lo entendió así. Se le cruzó Corea del Sur, sorprendente líder de su grupo. Mejor. Los asiáticos, un equipo que resulta un incordio, no tiene el cartel que pueden tener Dinamarca, Alemania, Rusia e Islandia, rival de mañana en las semifinales después de derrotar a Polonia (32-30).

Once minutos de oro

Corea tiene un balonmano diferente, atrevido, singular en sus movimientos, prescindiendo del juego interior para contrarrestar el poco físico de sus pivotes. Finta, corre y tiene un buen lanzamiento exterior, que resultó efectivo durante la primera media hora. Hasta entonces, mantuvo el pulso con dignidad y se fue al descanso uno abajo (13-14).

Y entonces salió Barrufet. Al cuarto minuto de la reanudación llegó la rotación en la portería. Todo cambió desde ese momento, tanto que Corea del Sur se pasó más de once minutos sin anotar un gol. Del 17-19, siendo esa la primera vez que España obtenía una ventaja de dos goles, se pasó al 17-24, un estirón letal cimentado en las descomunales apariciones del portero catalán. Una mano arriba, una pierna abajo, una con la cabeza... Así hasta once paradas de diecinueve disparos, 58% de efectividad. Datos que hablan por sí solos.

Hubo portero y hubo defensa. Con Prieto y Garabaya como pantallas, la zaga española fue mucho más intensa que en los partidos anteriores. Apenas variaron el 6-0 y mantuvieron a raya a los coreanos, que hipotecaron sus opciones en el disparo desde los nueve metros. Y el ataque también funcionó, con un Rocas muy efectivo en la segunda mitad (8 goles). Ya se huelen las medallas, aunque para ello habrá que ganar a Islandia, un equipo que funciona como tal. En la otra semifinal se medirán Croacia y Francia.