MEMORIAS DE LA FRONTERA

Primera noche en blanco

En las antípodas de la atención mediática y como una especie de islas en ninguna parte, a lo largo de los últimos años el Cádiz interior parece haber resucitado de un viejo letargo cultural: mientras la intrépida Villaluenga del Rosario juega a contratar grandes figuras del panorama pop -hoy viernes le toca a Sergio Dalma, tras el exitazo de Alejandro Sanz el pasado año-, algunas poblaciones como Alcalá de los Gazules siguen apostando fuerte por un festival que congenia la música clásica con el flamenco y que este año ha contado con Miguel Poveda y Grilo como estrellas invitadas. La sierra de Cádiz pisó fuerte desde el primer momento con el encuentro Flamenco en Escena de Arcos y ahora, siguiendo los pasos de las noches blancas de Madrid, Córdoba y Cádiz, le toca el turno a la villa de Espera, un pueblo en los límites de la sierra. A su peña flamenca, a su Espera C.F. e incluso a su festival de folk, la localidad suma ahora su primera noche en blanco, que abrirá los ojos mañana sábado 16 de agosto, a partir de las nueve de la noche y hasta el amanecer, una convocatoria promovida por la delegación de cultura del Ayuntamiento.

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El colectivo Aldaba, que hace meses constituyeron el escritor Miguel Angel Rincón y otros emprendedores serranos, respalda esta iniciativa que incluye desde un taller municipal de pintura a teatro de títeres, o cuentacuentos en la primera hora y media de su programación. A las 23 horas, abrirán las pistas del complejo polideportivo -quienes quieran usarlas, eso sí, tendrán que pagar cuota, como cada día normal-- y se iniciará la carrera popular nocturna Engánchate a la vida; aunque quienes no la secunden, bien sea porque piensen que correr es de cobardes o porque no estén en contra de las drogodependencias, pueden acercarse al salón de usos múltiples para asistir a una representación de la obra Lo nuestro es puro teatro, a cargo de la compañía Orozu con residencia en la ONCE de Cádiz.

El programa alternará un museo de puertas abiertas -el arqueológico, donde se oirá a la medianoche un concierto clásico de Otto-ville Nyssonen-, a la actuación de La Máquina Quimérica -el grupo poético musical de Rincón que este mismo mes se desplazará a Bornos y a Prado del Rey-, a eso de la una de la madrugada en el Red House Bar. Allí, darán la vez al rock sinfónico de Onza pero desde las doce y media de la noche a las dos y media de la madrugada, en la zona del botellódromo se estará oyendo la selección musical de los djs Cambalache y Alberto. El cartel incluye también, a esa última hora, la performance de Rincón del Libano.

No suelen ser programaciones estables, pero son meritorias. A los programadores oficiales, que suelen contar con el respaldo cómplice del área de cultura de la Diputación y de la consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, se suma el entusiasmo de los particulares, que ingenian desde agrupaciones creativas a clubes de lecturas y otras formas de consolidar una mínima sociedad civil que a veces no existe siquiera en las grandes ciudades. Allí y ahora, se trata, a grandes rasgos, de demostrar que la sierra también existe y de que la cultura también practica el turismo rural de forma más o menos permanente.