La inauguración de los Juegos Olímpicos desencadena una ola mundial de protestas

En Katmandú, al menos 1.130 tibetanos fueron detenidos cuando intentaban protestar frente a la oficina de la embajada china unas horas antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos. Otro grupo de tibetanos intentó penetrar en la embajada china en Nueva Delhi en el momento en que tenía lugar la gala y fue detenido por agentes indios, según informaron fuentes policiales.

Al mismo tiempo, en Bruselas unas 300 personas se manifestaron a favor de los derechos humanos en el Tibet ante las sedes de la Comisión Europea y el Consejo de la Unión Europea. El colectivo reclamó la atención internacional sobre la violación de los derechos y la falta de libertad religiosa en la zona, en especial tras los disturbios en Tibet en marzo pasado y la consiguiente represión violenta por parte de China .

También en París unas 200 personas permanecieron, entre fuertes medidas de seguridad, frente a la embajada china para denunciar la falta de derechos humanos en ese país asiático.

Asimismo, la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) emitió clandestinamente en Pekín, horas antes de la inauguración, un programa de radio destinado a llamar la atención sobre la falta de libertades en China. Según informaron en París responsables de RSF, varios miembros de la organización lograron introducir emisoras en miniatura y antenas camufladas con las que emitieron desde varios lugares y durante 20 minutos, en la frecuencia 104,4 FM, un programa en mandarín, inglés y francés. «Se trata de la primera emisión no estatal difundida en China desde la llegada del Partido Comunista al poder en 1949», informó un comunicado de RSF.

En Italia, el Partido Radical organizó una manifestación en Asís para expresar su solidaridad con el pueblo tibetano.

A su vez, la aerolínea china Air China suspendió ayer algunos vuelos en Japón después de haber recibido por correo electrónico una amenaza de bomba relacionada con los Juegos Olímpicos.