PAN Y CIRCO

Un trofeo que sobrevive

Desde hace varios años se viene cuestionando la rentabilidad del Trofeo Carranza. Los más clásicos, los que siempre recurren a la memoria para recordarnos que era la gran fiesta del verano gaditano, sonríen por su supervivencia. Enfrente, los más críticos, se plantena qué utilidad puede tener un torneo veraniego con el empachón de fútbol y deporte al que estamos sometidos y este año con las olimpiadas mucho más. Si no fuera por la presencia del Cádiz, aspecto que me atrevo a cuestionar, lo que es indudable es que el Trofeo de los trofeos se mantiene vivo, inasequible a la desidia que parece afectar a otros también consagrados.

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Repasando los periódicos de tirada nacional en estos días podemos comprobar como algunos han caído o van cayendo en el olvido. El ejemplo más cercano lo encontramos en el Colombino de Huelva, que este año ha abandonado su condición de cuadrangular para convertirse en un triangular. Lo mismo se puede decir de los que organizan los equipos grandes que, al tratarse de enfrentamientos directos, ni siquiera merecen tal calificativo.

Es por ello que en tiempos de crisis económica a nivel nacional y deportiva a nivel local sea bueno felicitarse por la pervivencia de nuestra gran fiesta del verano, aunque ya no sea el último fin de semana de agosto como antaño y esté un poco supeditada a las fechas disponibles de los contendientes. En el caso de la edición de 2008 no podemos hablar de un cartel de campanillas después de la presencia del Real Madrid durante dos ediciones consecutivas. Sin embargo, se ha confeccionado un cartel atractivo con un Villarreal clasificado directamente para Champions, un Sevilla que está asombrando en pretemporada, un Atlhetic cuyo entrenador siempre garantiza compromiso y un Cádiz que peor que lo ha hecho hasta ahora en pretemporada no lo puede hacer.